Tras la renovación de Kylian Mbappé con el Paris Saint-Germain, el verano pasado del Real Madrid estuvo marcado por el fichaje de Aurélian Tchouaméni y la venta de Casemiro. Florentino Pérez apostó por renovar la posición de pivote vendiendo a uno de sus jugadores más emblemáticos para fichar a un futbolista joven que llevaba bastante tiempo brillando en la Ligue 1 con el Mónaco. Todo ello pagando 80 millones más en variables y recibiendo, prácticamente, la misma cifra. Una operación que parecía ser redonda para todas las partes.
Empiezan a existir dudas con Tchouaméni
Sin embargo, tras más de seis meses, el intercambio de mediocentros parece que no ha salido tan bien como parecía para los intereses del conjunto blanco. Porque mientras que Casemiro ha seguido exhibiendo un gran nivel con un Manchester United que, poco a poco, está cimentando las bases de un proyecto que debe acabar con el equipo red, otra vez, compitiendo con los mejores equipos del mundo, Tchouaméni ha perdido por completo la titularidad en el equipo de Carlo Ancelotti.

Tras el Mundial de Qatar, después de un inicio de temporada en la que Ancelotti apostó de forma clara por su nuevo fichaje, el buen rendimiento que ofreció el excentrocampista del Mónaco ha desaparecido. El '18' blanco ya no entra en los esquemas del técnico italiano, que cuando han llegado los partidos importantes de la temporada ha vuelto a contar con Toni Kroos y Luka Modric, dándole también más espacio tanto a Federico Valverde como a Eduardo Camavinga.
Camavinga, la apuesta más importante del Real Madrid
Además, Florentino Pérez también empieza a estar bastante decepcionado con el rendimiento de Tchouaméni, que cobra 8 millones de euros al año, una cifra que lo coloca entre la misma escala salarial de futbolistas importantes como Militao y Rodrygo, quedándose muy cerca de los 10 millones que se lleva Vinícius. Así pues, la situación en torno al reciente fichaje del Real Madrid empieza a ser insostenible, hasta el punto que Camavinga, más joven que él, le ha pasado por encima en todos los sentidos.

Porque mientras que Tchouaméni ha perdido protagonismo cuando los títulos estaban en juego, Camavinga ha hecho todo lo contrario. Ante grandes rivales, el exfutbolista del Stade de Rennais ha demostrado que está capacitado para brillar en grandes escenarios, ya sea en la posición de mediocentro o en la de lateral izquierdo, en la que se ha adaptado a la perfección tras la lesión de su compatriota Ferland Mendy, que podría abandonar el club blanco el próximo verano.