El exjugador Carlos Aranda, uno de los supuestos cabecillas de la presunta red de partidos amañados que investiga la Operación Oikos, declaró ante el juez de Huesca que instruye el caso que "las apuestas han reventado y corrompido el mundo del fútbol". Aranda fue detenido el pasado 28 de mayo y quedó en libertad el día 31, después de abonar una fianza de 100.000 euros.

Aranda está imputado por los presuntos delitos de organización criminal, corrupción en actividades deportivas y estafa por su supuesta implicación en una trama de partidos amañados, que se investiga después de la denuncia de sospechas en la Huesca-Nastic de la temporada pasada. "Lo que ocurre es que yo apuesto, no es que les diga a los de mi alrededor 'va a pasar esto', pero yo apuesto y la gente lo ve y que se corra la voz en Málaga, que es una ciudad pequeña, pues es lo que ocurre", dijo Aranda en su declaración.

"Yo no he hablado en mi vida con nadie para comprar un partido. Yo lo que ocurre es que voy con un tícket a hacer una apuesta y todo el mundo lo ve, y como yo he sido jugador, la gente se piensa que sé más que otros, pero no tengo ningún poder económico para comprar un partido", afirmó ante el juez. Aranda respondió al juez que no conoce a Agustín Lasaosa, expresidente del Huesca que dejó el cargo al conocerse la investigación y su imputación en el caso, y ha afirmado que tiene "amistad" con el también exjugador Raúl Bravo, imputado y en libertad bajo fianza igual que él.