Aunque ya se había filtrado al mediodía, este miércoles por la tarde el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) ha acogido la listening party del nuevo disco de Rosalía —a pesar de las amenazas del Ayuntamiento de Sijena—. Entre fans, periodistas, famosos del mundo de la música, la televisión o el deporte… el evento contó con la presencia de 900 personas que pudieron escuchar las 18 canciones de Lux (Columbia Records) desde las gradas y el espacio central de la Sala Oval del museo. La artista de Sant Esteve Sesrovires siguió el evento desde un escenario blanco, en forma de cama gigante y con telas blancas que parecían formar una nube.

Entre mucho secretismo, los invitados hicieron cola, se fotografiaron en un photocall a la entrada del MNAC y taparon las cámaras de sus teléfonos móviles antes de entrar por un pasillo que desembocaba en la Sala Oval, presidida por el escenario en forma de media luna donde se proyectaron las letras de las canciones. Tumbada sobre las sábanas, Rosalía esperó hasta las nueve y media para incorporarse y empezar a escuchar los diferentes temas del álbum —como "Porcelana", "La Perla", "De Madrugá" o la ya publicada "Berghain"—. Una de las curiosidades de la presentación fue el momento en que sonó el mensaje ES-Alert de Protecció Civil, poco antes de las nueve y media.

Silencio y contemplación

La cantante catalana, vestida de blanco, permaneció todo el tiempo sobre el escenario, primero tumbada mientras entraba el público y después incorporada o sentada. Con un silencio respetuoso, el público siguió el goteo de canciones, aunque no siempre pudieron reprimir los aplausos. El juego de luces, entre las mesas, las pantallas y las proyecciones de las letras invadieron la Sala Oval del MNAC, mientras que Rosalía contemplaba su obra en una especie de ejercicio de danza contemporánea, pero como una oyente más.

Al acabar la listening party, la artista bajó del escenario y se marchó por el pasillo entre un público en pie, con gestos de agradecimiento y sin hablar. Entre las caras conocidas que han acudido a la cita exclusiva del museo de Montjuïc se encontraban Rossy de Palma, Amaia, JulietaRodrigo Cuevaslos hermanos Muñoz de Estopa, Belén EstebanPaco LeónJordi ÉvoleOmar Montes e Ilia Topuria, entre otros. Algunos seguidores de la cantante también tuvieron acceso después de apuntarse en la web de Rosalía y rellenar un formulario con sus datos, para después responder a la pregunta: "¿Qué significa para ti la palabra Lux?". El acto se produjo de forma paralela en otras ciudades, como Ámsterdam, Amberes, Berlín, Bogotá, Buenos Aires, Lima, Lisboa, Londres, Milán, París, Santiago de Chile, San José, Santo Domingo, São Paulo, Estocolmo, Tokio y Toronto.

Listening party nou disc Rosalia MNAC / Efe
Cola en el MNAC este miércoles por la tarde para la listening party de Rosalía / Efe

Los detalles de 'Lux'

El disco está dividido en cuatro movimientos: el primero lo componen "Sexo, violencia y llantas", "Reliquia", "Divinize" —con parte de la letra en catalán—, "Porcelana" y "Mio Cristo"; el segundo, "Berghain", "La Perla", "Mundo Nuevo" y "De Madrugà"; el tercero, "Dios es un stalker", "La yugular", "Focu ranni", "Sauvignon blanc" y "Jeanne"; y el cuarto lo cierran "Novia robot", "La rumba del perdón", "Memória" y "Magnolias". En su cuarto álbum, Rosalía se ha entregado a la espiritualidad en un disco de pop sinfónico, operístico, intimista, con toques de flamenco e introspectivo, dejando atrás la música urbana y las motomamis.

Las referencias a Dios, la religiosidad y la espiritualidad aparecen no solo en la portada, también en muchas de las letras de las canciones del trabajo, inspirado en mujeres santas y en el misticismo femenino. La catalana ha cumplido su palabra cuando aseguró que Lux sería el disco más diferente de su carrera, ya que es un álbum de pop experimental y conceptual, después de los hits y el mainstream. Invita a ser escuchado de principio a fin, con una Rosalía capaz de llevar el timbre de voz hasta límites nunca transitados por ella, sobre todo en el terreno operístico. A pesar de dejar atrás los ritmos urbanos y el reguetón, ella está convencida de que su música es pop. Sus atmósferas y experimentación se aproximan a las de Björk en el disco Homogenic de 1997. Precisamente, la cantante islandesa es una de las colaboraciones, junto con Sílvia Pérez Cruz, Estrella Morente, la Escolanía de Montserrat, el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana, Carminho, Yvest Tumor y Yahritza. El disco se grabó con la Orquesta Sinfónica de Londres, dirigida por Daníel Bjarnason.

 

Imagen principal: un fan antes de entrar a la listening party de Rosalía / Efe