El lanzamiento de Lux, el cuarto álbum de Rosalía, ha estallado como un auténtico fenómeno global antes incluso de su salida oficial, prevista para este viernes 7 de noviembre. Las primeras escuchas internacionales y las críticas de referencia han convertido el disco en uno de los acontecimientos musicales del año. Las revistas Rolling Stone y el diario británico The Guardian coinciden en el diagnóstico: Rosalía ha firmado una obra excepcional, arriesgada y de una ambición poco habitual en el pop actual. Las valoraciones hablan de un álbum monumental, concebido como una experiencia artística más que como un producto comercial, y que consolida a la catalana como una de las figuras creativas más singulares del panorama global. Su manera de entender el pop, que ya había roto moldes con El mal querer y Motomami, llega aquí a un punto de inflexión: una fusión de lenguajes clásicos, electrónicos y vocales que redefine la idea misma de estrella contemporánea.
Madonna: “No puedo dejar de escucharlo. Eres una verdadera visionaria”
El eco ha ido más allá de la crítica especializada. La propia Madonna, símbolo indiscutible del pop mundial, ha reaccionado públicamente a Lux con entusiasmo: “Gracias Rosalía. No puedo dejar de escucharlo. Eres una verdadera visionaria”, ha escrito en Instagram. Las palabras de la reina del pop funcionan como una validación de peso y refuerzan la percepción de que Lux no es solo un disco, sino una declaración de intenciones capaz de reconfigurar el mapa del pop global.

“Una obra maestra que no se parece a nada”
La primera valoración de impacto ha llegado desde Rolling Stone —una de las revistas más importantes del mundo en tema musical—, que le otorga la máxima puntuación, cinco estrellas, y la describe como “una obra maestra operística que redefine qué significa ser una estrella pop”. La crítica, firmada por Daniela Swidrak, destaca la radicalidad del proyecto y su ambición formal: dieciocho canciones distribuidas en cuatro movimientos, una voz “celestial” y una producción “absurdamente brillante”. Swidrak subraya que Lux no continúa el camino abierto por Motomami, sino que lo supera con un planteamiento “espiritual y vertical”. “Donde Motomami expandía el horizonte urbano, Lux se eleva hacia lo sagrado”, escribe. Y añade: “Es Rosalía diciendo: ‘Puedo hacer lo que quiera, y me seguirán.’ Y la verdad es que sí, la seguiremos.” La revista recomienda escuchar el disco con un buen equipo de sonido, “como una experiencia inmersiva y trascendental”.
Rolling Stone define al artista como “el agente del caos más provocador del pop” y ve en Lux “un álbum trascendental que no se parece a nada de lo que existe hoy en la música”. La periodista Julyssa Lopez detecta una evolución clara: Rosalía combina formación clásica y rebeldía contemporánea para construir un relato “sobre la fe, el deseo, la pérdida y el autoconocimiento”. El análisis destaca canciones como Focu ’Ranni —una declaración de autonomía tras una ruptura— y La Perla, donde la artista se enfrenta a un “terrorista emocional” con ironía y fuerza. El resultado, según la revista, es “una obra atemporal y conmovedora, capaz de sacudir al oyente como pocas veces lo hace la música popular”.
“Una colisión exigente y distintiva entre lo clásico y el caos, que no podría haber sido obra de nadie más”
El diario británico The Guardian ha seguido la misma línea entusiasta. Su crítico de cabecera, Alexis Petridis, califica Lux con cinco estrellas y la define como “una colisión exigente y distintiva entre lo clásico y el caos, que no podría haber sido obra de nadie más”. El artículo pone énfasis en la dimensión monumental del disco: dieciocho piezas divididas en cuatro movimientos, referencias a santas, una colaboración con la London Symphony Orchestra y el uso de trece idiomas.
Petridis reconoce que el disco “no busca complacer” y exige un papel activo del oyente. Pero también afirma que el esfuerzo se ve recompensado con “canciones uniformemente bellas, llenas de momentos impactantes”, como el giro orquestal de Reliquia o la tensión lírica de De madrugá. El crítico lo sitúa a medio camino entre la ópera y el pop experimental, y valora que Rosalía “se aleje del consumo rápido y pida concentración en una era de algoritmos y distracción constante”.
Un fenómeno global antes del lanzamiento
Lo que sorprende, más allá de las críticas, es la dimensión internacional que ha adquirido Lux antes incluso de su lanzamiento. El álbum se ha convertido en tema de conversación entre público, prensa y artistas de todas partes, y ya circula como una de las obras más esperadas del año. A pesar de una filtración previa en las plataformas digitales, el interés no ha hecho más que crecer, y su primer sencillo, Berghain, se ha situado entre las canciones más escuchadas globalmente en Spotify, un hecho poco habitual para un proyecto tan experimental.
Las críticas coinciden en que Lux representa un paso decisivo en la carrera de Rosalía y un nuevo hito para la música pop de autor. Tras haber reinventado el flamenco y el reguetón con El mal querer y Motomami, la catalana firma ahora una obra que fusiona clásico y contemporáneo con una ambición casi arquitectónica. Con Lux, Rosalía consolida su lugar como una de las artistas más influyentes e imprevisibles del panorama internacional, capaz de transformar el riesgo en éxito y de hacer que el mundo entero, una vez más, se rinda a ella.