Barcelona, 5 de julio de 1392. Hace 630 años. Concluían las obras de construcción de la primera Casa de la Llotja, que había sido edificada sobre la línea de la costa. La actual situación de aquel edificio, separado del mar por el barrio de la Barceloneta, nos explica que durante los últimos siglos la línea de la costa —en Barcelona, y también en Catalunya— se ha visto sustancialmente alterada. La Barceloneta, que durante la Edad Media estaba bajo el agua del puerto primigenio, no es el único caso. Las fuentes documentales medievales, sobre todo la documentación cartográfica, nos revela que, en Tarragona, el antiguo puerto romano había quedado cubierto y arruinado. O que el Delta del Ebro prácticamente no existía, y las olas del mar chocaban contra las paredes del faro de Amposta. La línea de la costa catalana hace siglos que se mueve. Sin embargo, ¿por qué? ¿Por qué motivos?

El caso de Barcelona

La documentación medieval revela que en Barcelona, a principios del siglo XIII, la línea de la costa (es decir, la playa), discurría por encima de los actuales paseos Colom, Isabel II, del marquès de l'Argentera y entre las calles de Pujades (en el norte) y de Ramon Llull (en el sur). Durante la Edad Media, la actual fachada marítima de Barcelona no existía. O era una zona inhóspita e insalubre; o, directamente, estaba bajo el nivel del agua. Por ejemplo, el espacio que ocupa el mercado de la Barceloneta era dominio de los peces; y el que ocupa el cementerio del Poblenou era una zona yerma de dunas y de pantanales que se inundaba cuando se desbordaban las rieras o cuando las rachas de Levante empujaban el agua del mar hacia el interior. Más allá, en dirección al río Besòs, se había formado una zona lacustre muy inestable que solo se aprovechaba como terreno de pasto de los rebaños.

Concluyen las obras de la primera Casa de la Lonja|Palco. Reconstrucción idealizada de la primera Casa de la Lonja|Palco. Fuente Casa de la Lonja|Palco
Reconstrucción idealizada de la primera Casa de la Llotja. Fuente: Casa de la Llotja

La Barceloneta

En cambio, las imágenes que tenemos de la Barcelona de los siglos XVII y XVIII ya nos muestran, claramente, la existencia de la península sobre la cual se edificaría la Barceloneta. ¿Qué sucedió entre los siglos XIII y XVII que explica que, de forma natural y espontánea, surgiera una amplia barra del suelo que metería un barrio entero? Lo primero que hay que tener en cuenta es que delante de Barcelona, aproximadamente bajo el actual edificio del Museo d'Història de Catalunya, había un islote —llamado de Maians—, que contuvo buena parte de los sedimentos que las corrientes marinas desplazaban, de norte a sur, por la costa de Barcelona. El primer resultado sería la formación natural de una franja de tierra, denominada "el Morrot", que uniría el continente (el actual Pla de Palau) con esta isla. Eso fue entre los siglos XIII y XVII y sería el origen de la Barceloneta.

¿Por qué se produjo aquel movimiento de sedimentos?

La gran cuestión sigue siendo: ¿por qué se produjo aquel colosal movimiento de tierras? Para explicar este fenómeno, la investigación historiográfica ha puesto mucho énfasis en el fenómeno de la deforestación del entorno. Efectivamente, la Barcelona de principios del siglo XIII, que, con 50.000 habitantes, ya era la primera urbe de los estados cristianos peninsulares y era una de las grandes ciudades del Mediterráneo y del continente europeo, generaba una creciente demanda de alimentos que se tradujo en una progresiva roturación (conversión de masas forestales en tierras de labranza) de las orillas bajas del Besòs (entre Granollers y Sant Adrià) y del llano de Barcelona (entre Horta y Sant Martí) Este fenómeno se produjo de forma precipitada y masiva; y provocó una acelerada erosión del terreno. Las corrientes fluviales y marinas hicieron el resto.

Dibujo de la línea de la costa y del plan|plano de Barcelona (1698). Fuente Cartoteca de Catalunya
Dibujo de la línea de la costa y del llano de Barcelona (1698). Fuente Cartoteca de Catalunya

El caso de Tarragona

El caso de Tarragona es muy similar. La restauración de la mitra tarraconense (1114), transformó una ciudad que había sido abandonada durante cuatro siglos en la capital eclesiástica de la corona catalanoaragonesa. Entonces la línea de la costa discurría por la plaça dels Carros y el carrer Reial. Eso quiere decir que el actual barrio del Serrallo era una zona de dunas y pantanales que se había formado a partir del abandono y la ruina del puerto romano (siglo V). Como en el caso de Barcelona, la demanda de alimentos provocada por la creciente presión demográfica impulsaría la rápida cepa de las orillas bajas del Francolí. El resultado sería una progresiva erosión y un acelerado desplazamiento de sedimentos que formaría un pequeño delta; y que, más hacia levante, adelantaría la línea de la costa, fijándola en los viejos rompeolas romanos. Siglos más tarde (XIX) surgiría el Serrallo.

El caso del Delta del Ebro

El proceso de formación y consolidación del Delta del Ebro es el caso más espectacular de alteración de la línea de la costa catalana. En este punto, es importante destacar que el Delta es una formación moderna. Las fuentes documentales (las de los famosos viajeros y geógrafos griegos antiguos) revelan que al inicio de nuestra era (siglo I); el Delta no existía. Durante siglos, las olas del mar chocaron contra las paredes del faro que los romanos habían construido en la actual Amposta. Pero la cartografía bajomedieval (siglo XV) y moderna (siglos XVI a XVIII) revela un cambio importante en aquella fachada costera: el río Ebro, en poco más de doscientos años, fabricó una plataforma de suelo de unos cuatrocientos kilómetros cuadrados (equivalente, aproximadamente, a la superficie de la comarca del Priorat; o tres veces la extensión de la ciudad de Barcelona).

Fragmento de un mapa de Catalunya (1608). Fuente Cartoteca de Catalunya
Fragmento de un mapa de Catalunya (1608). Fuente Cartoteca de Catalunya

¿Por qué se formó el Delta del Ebro?

El Delta del Ebro se empezó a formar durante los siglos XIII y XIV. Un mapa de 1482 titulado Hispania Antiqua, obra de Nicola Tedescho y que se conserva en la Cartoteca de Catalunya, ya cartografía una pequeña isla ante la desembocadura del río, que sería el precedente más remoto del Delta. La investigación historiográfica lo atribuye a la colonización y artiga medievales de las riberas del Ebro y de sus afluentes Segre, Matarraña, Gállego, Arga y Aragón (siglos XII y XIII). Incluso algunos historiadores han afirmado que la industria alfarera medieval de La Rioja, de la Ribera de Navarra y de Aragón (siglos XIV y XV) —que se proveía de materia prima en las orillas del Ebro; efectuó importantes movimientos de tierras que habrían contribuido a la liberación y desplazamiento de los primeros sedimentos que se acumularon en la desembocadura.

¿Cómo se consolidó el Delta del Ebro?

El Delta del Ebro se consolidó a finales del siglo XVIII. Y la inmensa mayoría de las investigaciones apuntan, claramente, a la deforestación de los Monegres, hasta entonces el mayor bosque de encinas de Europa, como la causa principal. El pretendidamente ilustrado conde de Aranda —aprovechando que el régimen borbónico había liquidado a sangre y fuego los fueros aragoneses (1707) que consagraban la propiedad comunal y el uso pecuario de los Monegres—, privatizó aquella inmensa tierra de pastos y la descuajó. Las escasas, pero violentas tormentas que azotaban —y que azotan— la región, provocaron una colosal erosión que explicaría un desplazamiento formidable de sedimentos desde las rieras que surcan los Monegres, a través del Ebro, hasta el mar. Y, finalmente, el dibujo actual de la costa del Delta sería obra de la titánica obra colonizadora de los campesinos locales del XIX.