València, 9 de octubre de 1238. Hace 784 años. Las tropas catalanoaragonesas del conde-rey Jaime I entraban en Balansiya, que, a partir de aquel momento, se convertiría en València, cap i casal del Reino de Valencia. El 9 de octubre de 1238 culminaba la operación militar más importante de la empresa de conquista del País Valencià. Pero, sobre todo, representaba el principio de una nueva era histórica para el Cap i Casal y surcaba una línea que marcaba, claramente, un antes en la historia del conjunto del país. Después del 9 de octubre de 1238, València y el País Valencià serían una nueva realidad, radicalmente diferenciada de la que había sido hasta entonces. Aquel hecho sería tan importante y tan decisivo que el actual Cap i Casal y el actual País Valencià son el resultado de aquella obra constructiva.

Los símbolos de los tres estamentos valencianas. Fuente Archivo del Reino de Valencia
Los símbolos de los tres estamentos valencianos / Fuente: Arxiu del Regne de València

¿Por qué Jaime I decidió conquistar València?

La conquista de València, es decir, la proyección hacia el sur llegaría por el efecto de una dolorosísima derrota. Con la derrota de Muret (1213), la cancillería de Barcelona tuvo que renunciar al viejo proyecto de unificación de la marca de Gótia que se remontaba a la época carolingia y de los primeros condes independientes (Languedoc y Catalunya Vella, siglos IX a XI). Y el foco expansivo se desvió hacia el sur. Naturalmente, aquella guerra tenía que ser oportunamente vestida, maquillada y justificada, y Jaime I se presentó delante del mundo como el tataranieto de Ramón Berenguer III, conde independiente de Barcelona, que mucho antes de la unión dinástica con Aragón, había sido casado con María Díaz (1095-1105), hija del Cid Campeador, primer y efímero señor cristiano de València (1094-1099). Jaime se investía con los derechos de sus antepasados.

¿Cómo era la Balasinya que encontró Jaime I?

La sociedad de la Balansiya de 1238 era el resultado de un mestizaje entre indígenas hispanovisigodos de remoto origen noribérico, y yemeníes, sirios y bereberes que habían llegado con la conquista árabe (714). Pero aquel mestizaje sólo se reflejaba en los rasgos físicos. Porque en el aspecto cultural y religioso, Balansiya era una sociedad totalmente arabizada y profundamente islamizada. La presión del poder había conducido a la población autóctona hacia la lengua árabe y hacia la religión musulmana, y ya no quedaba ningún testimonio de las comunidades cristianas de lengua románica en que habían resistido los primeros siglos de dominación árabe (VIII en XI). O se habían diluido entre el mundo árabe o se habían marchado. Es bien conocida la emigración de mozárabes valencianos en el valle del Ebro cuando el rey aragonés Alfonso el Batallador conquistó Zaragoza (1118).

Miembros de la Generalitat escogidos por la ciudad de Valencia (siglo XVII). Fuente Corts Valencianas
Miembros de la Generalitat escogidos por la ciudad de València (siglo XVII) / Fuente: Corts Valencianes

¿Cómo era la València que creó Jaime I?

La conquista de Jaime I alteró radicalmente València. No tan sólo en el aspecto arquitectónico y urbanístico, sino también en el cultural y sociológico. La población árabe fue expulsada hacia el sur (reinos musulmanes de Murcia y de Granada) o deportada hacia los dominios señoriales que, durante la conquista, la nobleza aragonesa había obtenido en la zona interior y montañosa del país. La colonización de la ciudad, que fue documentada en el Llibre de Repartiment, revela que las casi 2.000 casas de la Balansiya árabe fueron repartidas de esta manera: 1.018 a repobladores catalanes, 597 a repobladores aragoneses y el resto (unas trescientas) a provenzales, navarros y occitanos, que habían participado en aquella empresa. A grandes rasgos, la mitad, catalanes; una cuarta parte, aragoneses y una cuarta parte restante, de varios orígenes.

¿Cuál era la lengua de la València que creó Jaime I?

La lengua de la València de Jaime I sería un sincretismo de todos los usos lingüísticos que coincidieron. Pero no olvidemos que el componente mayoritario de aquella nueva sociedad era de lengua catalana. Tampoco olvidemos que otros componentes importantes eran de lengua navarroaragonesa y, en menor medida, de lengua occitana. Y no olvidemos, tampoco, que a principios del siglo XIII, todas estas lenguas eran más próximas entre sí del que lo son en la actualidad. ¿Qué pasó con aquella mezcla? Pues que la lengua del Cap i Casal y de buena parte del país sería un catalán con una fuerte influencia fonética del navarroaragonés. Es decir, un catalán con un parentesco fonético con las lenguas del grupo iberorrománico (aragonés, castellano), pero tan catalán como los dialectos occidentales del Principat, que también tenían —y tienen— esta característica.

Portada de los Fueros o Constituciones de Valencia (1615). Fuente Corts Valencianas
Portada de los Furs o Constitucions de València (1615) / Fuente: Corts Valencianes

¿Por qué Jaime I convirtió València en un reino?

Cuando observamos el mapa del País Valencià (un territorio largo y estrecho), intuimos que Jaime I desistió de repartir aquel dominio entre Catalunya y Aragón por una cuestión de praxis. Pero lo cierto es que eso ni siquiera fue una causa. No es ningún secreto que Jaime I tenía preferencia por sus súbditos catalanes. Había proclamado: "Catalunya era el mejor de los reinos de las Españas" (entendidas como una realidad geográfica). Pero en Catalunya, su poder como "hombre principal" estaba muy limitado por el régimen feudal. Y creó una estructura política nueva, el Reino de Valencia, donde pondría lo mejor de cada uno de sus dominios: las instituciones políticas inspiradas en el modelo catalán y el régimen político inspirado en el modelo aragonés (el régimen señorial, que, a diferencia del feudal, tenía una estructura jerárquica vertical, con el rey en la cumbre).

Valencia (1563), obra de Wyngaerde. Fuente Wikimedia Commons
Valencia (1563), obra de Wyngaerde / Fuente: Wikimedia Commons

Las instituciones valencianas de Jaime I

Jaime I creó una ley propia para el Cap i Casal, que, posteriormente, se extendería al resto de ciudades y villas del país, y que sería la base de las constituciones y de las instituciones valencianas. Los Furs de València, claramente inspirados en los Usatges de Barcelona, en las Costums de Lleida y en el Fuero de Zaragoza, impulsarían el nacimiento de las primeras instituciones de gobierno: las Corts, los consejos municipales y la Generalitat; y consagraría al Reino de Valencia como una entidad política independiente dentro del conglomerado político de la Corona. El 9 de octubre ha sido la festividad de los valencianos desde 1338 (centenario de la conquista de Jaime I). Y, desde la edad media, tuvo tanta significación que el régimen borbónico, después de la ocupación a sangre y fuego del país (1707) la prohibió “para que los valencianos olviden que un día fueron libres”.