Ya sabemos qué tamaño tienen las macrogranjas bovinas que tanto molestan al ecoprogresismo: todo lo que pase de 850 cabezas, si lo que produces es carne, y de 725, si lo que produces es leche, no estará permitido. Para establecerlo, el Gobierno acaba de aprobar un Real Decreto que así lo fija.

vacas frisonas
 

Normativa clara

La medida, sea dicho, es de agradecer porque, ahsta la fecha, los ganaderos de bovino no sabían a qué atenerse. Desde ahora, y con el Real Decreto en la mano, ya se sabe a partir de qué cifra se considera que una granja no puede garantizar la bioseguridad y el bienestar animal y no supone un peligro para el medio ambiente o el modelo de ganadería familiar por el que el Ejecutivo dice “apostar decididamente” en la nota de prensa que ha emitido. Aquí llegados, seguro que más de un ganadero -hablamos de uno de los sectores más perjudicados por la inflación y en los que menos se cumple la Ley de Cadena Alimentaria en los que se referiere a precios justos- agradecería menos “apuestas” y más apoyo serio, pero qué le vamos a hacer: en la neolengua habitual en determinados cenáculos, lo de apostar por cosas siempre ha gustado mucho, que hasta la Comisión Europea habla de Green Deal.

vacas
 

Sólo para granjas nuevas

El marco delimitado de la apuesta decidida que llevará a la ganadería española hasta nuevas fronteras se circunscribe, quede dicho, sólo a las granjas nuevas, porque, de momento, si algún ganadero avieso tiene desde hace años un granja con más vacas de la cuenta, no va a tener de momento problemas graves pero sí, y se lo advierten en la nota, “se abrirá un período transitorio para el cumplimiento de determinados requisitos” que no se concretan aún. El objetivo, con todo, es lo que habitualmente se dice en estos casos: el desarrollo ordenado de la actividad en un sector que, admite el Ministerio, tiene un “importante componente social” y que está muy profesionalizado e internacionalizado, porque, sólo en 2021, se exportaron más de 700 millones de euros en productos bovinos. Si se compara con el cerdo, del que en 2021 se exportaron productos por valor de más 7.000 millones, es poco, pero el dato sí que evidencia algo: aquí, quien más que andar apostando, lo que hace es jugarse cada día la cartera, la hacienda y hasta el pescuezo si hace falta son los ganaderos y, por eso, hacen falta más hechos y menos ocurrencias como las de Alberto Garzón hace unos meses.