¿Sabías que en España existen empresas especializadas en transporte de obras de arte y que algunas de las firmas más importantes del sector logístico tienen divisiones especializadas en el traslado de este tipo de mercancías? En países con un vasto patrimonio cultural como el nuestro, se trata de un negocio en alza, especialmente como consecuencia de la multiplicación de museos y centro de interpretación que hemos vivido en las últimas décadas, pero todas estas empresas y divisiones especializadas se enfrentan a un serio problema: no tienen manera de repercutir sobre sus clientes el sobrecoste derivado de la inflación, ya que sus clientes son, casi siempre, administraciones públicas.

Presupuestos cerrados
Las administraciones públicas trabajan siempre con presupuestos anuales y, también con contratos plurianuales que se renuevan después de complejas negociaciones y no incluyen, salvo en casos muy especiales, salvaguardas contra la inflación. La situación ha llegado a un punto tal que, en determinados casos, hay concursos de adjudicación de servicios que convocan la Administración y quedan desiertos porque nadie se presenta. Hay incrementos en las cantidades asignadas, sí, pero no dan para cubrir los sobrecostes: “a las compañías no nos dan los números y entraríamos ya perdiendo dinero”, explican desde el sector. El traslado de una obra de arte entre Madrid y Londres obliga a utilizar un contenedor entero, ya que este tipo de mercancías no pueden compartir espacio con otras y eso dispara los costes.

Más demanda de servicios
La demanda de servicios de este tipo se ha incrementado muy notablemente en los últimos meses ya que, con el fin de la pandemia, las exposiciones temporales y los eventos de todo tipo se han multiplicado. Así, y para atenderla y no perder dinero, las empresas planifican recorridos cortos y lo más rápidos posibles llegando incluso a dividir un traslado en diversos viajes. El traslado de una obra de arte requiere gestiones previas que pueden prolongarse durante dos meses o más e implican análisis de riesgos, diseño de embalaje y elección de medio (o medios) de transporte. Se trata, además, de un sector intensivo en costes laborales, porque exige de plantillas estables y profesionales expertos.