Aunque los primeros televisores que se podían conectar a Internet surgieron en la década de los 90, solo estuvieron disponibles en unos pocos mercados y sus funciones eran muy limitadas. Las primeras Smart TVs aparecieron en el mercado entre 2007 y 2008 de las manos de las marcas surcoreanas Samsung y LG. No obstante, no fue hasta principios de los 2010 que empezaron a llegar a los salones de millones de hogares, coincidiendo con los primeros servicios de vídeo bajo demanda como Netflix o HBO.
Sin embargo, los televisores inteligentes de la época no estaban al alcance de todo el mundo. También carecían de algunas características que hoy consideramos imprescindibles, como la conexión wifi (los primeros modelos se conectaban a Internet por cable Ethernet directamente al router). Es por eso que Google dio en el clavo con sus Chromecast.
Si bien el concepto original de Chromecast ya no existe, pues Google dejó de venderlos hace años y está enfocada en su centro multimedia Google TV Streamer, algunos modelos de la compañía siguen siendo funcionales. Tan solo necesitas un televisor o monitor con HDMI y una conexión wifi para transmitir contenido. ¿No tienes Internet sin cables en casa? Te contamos cómo usar el Chromecast sin wifi.
Tu smartphone como punto de acceso wifi para usar el Chromecast
Los Chromecast de 2ª y 3ª generación (los de 1ª generación siguen funcionando, aunque ya no reciben actualizaciones de Google) utilizan el teléfono móvil inteligente o tableta como una especie de mando a distancia. Estos dispositivos móviles son los encargados de enviar el contenido (Cast) al Chromecast para que lo muestre en el televisor.
Para esto, es necesario tener una red wifi en casa con acceso a Internet. Si por alguna razón carecemos de ella, podremos utilizar un teléfono móvil inteligente secundario para proporcionar conexión al Chromecast.
Una vez tenemos el Chromecast sin Android TV/Google TV conectado al televisor por puerto HDMI, debemos crear un punto de acceso wifi. Por si no lo sabías, los smartphones Android y iPhone pueden convertirse en routers para proporcionar Internet a otros dispositivos. Para esto tiraremos de los datos de nuestra tarifa móvil (cuantos más gigas, más series y películas podremos ver).
Después de activar la función de Punto de acceso Wi-Fi o Punto de acceso personal (el nombre varía dependiendo de la marca del teléfono), tendremos que establecer una contraseña y un nombre para la red wifi. A continuación, descargamos/abrimos la app Google Home desde el smartphone en el que no hemos iniciado el punto de acceso, pues es necesaria para realizar la configuración del dispositivo.
La configuración se completa en unos pocos pasos, muy bien detallados por la propia aplicación Google Home (es imposible perderse). En el televisor aparecerá un código que debe ingresarse en el teléfono para realizar la vinculación. Finalmente, solo hay que tener activo el Punto de acceso Wi-Fi en el smartphone secundario para poder enviar series y películas desde nuestro teléfono primario a la tele.
Si no te gusta la idea de tener que usar un smartphone secundario como router, puedes adquirir un router portátil compatible con tarjetas SIM. Hay modelos bastante económicos y otros muy avanzados y caros, según las necesidades y presupuesto de cada usuario.