La subida del IPC se ha atenuado, pero los precios de los alimentos siguen disparados y esa inflación focalizada en la cesta de la compra afecta, especialmente, a los más jóvenes. Según un reciente estudio elaborado por Too Good To Go, la compañía responsable de la mayor app en el mundo diseñada específicamente para luchar contra el desperdicio de alimentos, el 35% de los jóvenes de entre 18 y 25 años que viven solos admite que compra menos cantidad de comida. 

Una consumidora haciendo la compra en el supermercado. Europa Press
 

Ahorro

Los datos no engañan: la inflación ha tenido un impacto significativo en el presupuesto de los estudiantes, ya que al 84% le falta dinero para poder comer bien a final de mes según la encuesta. Por ello, los jóvenes buscan alternativas para cubrir sus necesidades básicas. En este sentido, el 96% afirma haber tenido que cambiar sus hábitos de consumo de alimentos y, de estos, un 51% asegura prestar una mayor atención para evitar el desperdicio de alimentos y que, por esa razón, utilizan aplicaciones como To Good to Go y están atentos a las ofertas de última hora de los supermercados, donde los productos a punto de caducar se venden con descuentos que pueden superar el 30%.

Aquí no se tira nada

Aunque se trata de una tarea complicada, los esfuerzos por no desperdiciar comida están presentes y más del 50% asegura tirar menos del 5% de la comida que compran. Esta tendencia a cuidar la economía personal se ve reforzada por ciertos hábitos de compra. Así, un 68% se fija más en las promociones y descuentos, mientras que un 54% ha reducido la calidad de los alimentos que compra y un 35% ha disminuido la cantidad de comida. La encuesta se ha realizado entre 1.700 estudiantes y revela, además, que el 63,6% vive con preocupación el futuro del planeta y la sostenibilidad. En este sentido abordar el desperdicio de alimentos es señalado por los jóvenes como una cuestión fundamental, pues 4 de cada 5 considera clave afrontar este reto para garantizar un futuro más verde.