El comisario José Villarejo asegura que el trabajo de espionaje que realizó a altos directivos y miembros del gobierno socialista para el BBVA demuestra la vinculación a los servicios secretos marroquíes con el 11-M a través de llamadas desde Síria. Esas llamadas habrían servido para activar la célula yihadista que dejó 193 fallecidos en Madrid. Villarejo, en prisión, habría explicado ante el juez que su papel en esa operación era doble. Según explica El Español, por un lado, contratado por el BBVA para conocer los movimientos de miembros del gobierno próximos a Sacyr, que pretendía hacerse con el control de la entidad, y por otro, explicaba sus movimientos al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), con el que en aquellos años mantenía buena relación.

Según expone el digital, Villarejo viajó a Siria varias veces durante los meses anteriores al atentado. Su intención, explican, era investigar el tráfico de llamadas hasta España de distintas cabinas telefónicas con la tesis que esas llamadas habrían servido para activar la célula que atacó en Madrid

Villarejo uso, supuestamente, una red de contactos tejida durante años en la zona, y fraguada por su relación con el traficante de armas Monzer Al Kassar, que mantenía excelentes relaciones en la zona. Esta línea de investigación, de la que no queda rastro en instrucción judicial alguna vinculada con los ataques en Madrid, choca de forma frontal, recoge El Español, con el resultado de la investigación judicial sobre los atentados. El procedimiento legal sentenciado en 2008 llegó a la conclusión de que los terroristas actuaron en solitario.