La investigación sobre la muerte de Isak Andic, fundador de Mango, ha apartado la teoría inicial de un accidente fortuito en la montaña de Montserrat para explorar ahora la posibilidad de que se trate de un homicidio. Según ha adelantado El País, en el punto de mira de los Mossos está Jonathan Andic, hijo del empresario y la única persona que lo acompañaba el 14 de diciembre de 2024, cuando este cayó al vacío durante una excursión. El juzgado de instrucción número 5 de Martorell, que mantiene el caso bajo secreto de sumario, lo investiga por homicidio. Aunque de momento no se han encontrado pruebas concluyentes, según el mismo medio, algunas contradicciones detectadas en su declaración han despertado sospechas entre los investigadores. Fuentes del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) han asegurado este mismo jueves que no dispone de información sobre el procedimiento.
En un primer momento, los Mossos consideraron que la muerte de Andic, uno de los más adinerados empresarios de Catalunya, había sido fruto de un accidente. Aquel 14 de diciembre, padre e hijo hacían una caminata por Collbató, en el macizo de Montserrat, cuando, durante el descenso, Andic cayó por un desnivel de unos cien metros mientras caminaba por el sendero con su hijo Jonathan. Aunque la jueza instructora archivó provisionalmente la causa al mes, los Mossos mantuvieron abierta la línea de investigación a raíz de las peculiaridades del caso, ya que no había testigos directos y la zona no presentaba un peligro evidente. Esto llevó a la reapertura del caso por parte de la magistrada, con la policía intentando reconstruir una secuencia de eventos que sigue rodeada de dudas.
Las contradicciones de Jonathan Andic
Pese a no disponer todavía de pruebas concluyentes que aclaren qué ocurrió realmente aquella mañana de diciembre en Montserrat, los investigadores han ido acumulando indicios que cuestionan la versión inicial de un accidente fortuito. Según ha revelado El País, las declaraciones de Jonathan Andic —testigo clave y único acompañante de la víctima— han sido determinantes para hacer virar la investigación hacia la posibilidad de un homicidio. Su primera versión, marcada por el choque emocional, ya presentaba inconsistencias. Pero incluso en la segunda declaración, hecha en un contexto más reposado, volvió a caer en contradicciones e incongruencias. Algunos de los hechos que describió tampoco concuerdan con las conclusiones de la inspección ocular que los Mossos llevaron a cabo en la zona del accidente. Todo ello ha sido suficiente para mantener el caso abierto y para situar a Jonathan Andic en el centro de las sospechas.
Otro testimonio relevante en la investigación ha sido el de Estefania Knuth, pareja de Andic en los últimos años de su vida. Durante su declaración, Knuth habría incidido en la relación deteriorada que mantenían el fundador de Mango y su hijo Jonathan. Este relato, sumado a las contradicciones detectadas en las declaraciones del hijo, ha llevado a las autoridades a pedir una nueva fase de investigación bajo secreto de sumario. Los investigadores consideran que solo con esta reserva podrán verificar los indicios acumulados y avanzar en una causa que, a diez meses de los hechos, sigue marcada por un alto nivel de complejidad.