Giorgio Armani el diseñador italiano muerto este jueves en Milán, no solo dejó huella en las pasarelas internacionales, sino también en Sabadell, que durante décadas fue un referente mundial del textil. Fundador de su propia firma en 1974, Armani construyó un imperio que revolucionó la moda con su elegancia sobria y atemporal. Pero antes de que su nombre se convirtiera en sinónimo de lujo, el modista pisó a menudo las naves de la 'Manchester catalana', como era conocida la cocapital del Vallès Occidental, epicentro de la industria textil en el Estado. Según recordaba Josep Casamartina i Parassols, comisario de la exposición Sabadell Teixeix celebrada en septiembre de 2024, "Giorgio Armani venía personalmente a Sabadell a buscar tejidos en la fábrica Artèxtil. De hecho, era un buen amigo del propietario, Josep Maria Garcia-Planas," explicaba al Diario de Sabadell.
El diario vallesano recogía que Giorgio Armani, igual que otras figuras de la moda como Dolce & Gabbana o Paul Smith, valoraba especialmente la calidad de los tejidos producidos en Artèxtil. Esta empresa sabadellense llegaba a exportar hasta el 80% de su producción en una época en que el mercado textil todavía se movía sobre todo dentro del Estado. "Nuestro mercado más importante era Estados Unidos. Como ejemplo de marca mítica que todavía existe, vendíamos a Brooks Brothers", recordaba Garcia-Planas en el documental que acompañaba la exposición. En el mismo testimonio, también citaba algunas de las firmas de lujo con qué había trabajado, como Hermès, Karl Lagerfeld o Dior, consolidando el papel de Sabadell como polo imprescindible en la industria global de la moda de aquella época.
Además de la huella que dejó en Sabadell y en la industria textil catalana, Giorgio Armani será recordado por haber situado el prêt-à-porter italiano en el mapa internacional a finales de los años setenta. Con un estilo inconfundible que ha marcado más de medio siglo de trayectoria, el diseñador consiguió vestir desde despachos hasta alfombras rojas, imponiendo conjuntos clásicos y elegantes confeccionados con tejidos de gran calidad y tonos oscuros. Sus vestidos de noche, así como los conjuntos de corbata negra, se convirtieron en símbolos de sofisticación en Hollywood y entre las grandes estrellas mundiales. Su legado no se limitaba a la ropa, ya que deja un imperio empresarial valorado en más de 10.000 millones de dólares, con marcas que abarcan accesorios, cosméticos, perfumes, mobiliario, libros, flores e incluso chocolate. Armani también expandió su nombre a la restauración y el ocio con más de 20 restaurantes repartidos por el mundo y dos hoteles de lujo, uno en Dubai y el otro en Milán, además de poseer su propio equipo de baloncesto, el EA7 Emporio Armani Milan.