La Generalitat ha documentado 1.005 fosas comunes en Catalunya con víctimas de la guerra civil y la represión franquista, pero solo ha excavado 137. En estas intervenciones se han podido recuperar 1.023 cuerpos, de los cuales solo 34 han sido identificados plenamente mediante pruebas de ADN, a pesar de que en el censo de desaparecidos constan más de 8.000 personas inscritas por sus familiares. Durante los primeros años se pensaba que la apertura de fosas y la identificación de los cadáveres sería rápida y se podría acabar el trabajo en pocos años, ya que en 2003 se tenían unas 17 fosas identificadas. Con el tiempo, se ha visto que esto no es así. No fue hasta 2017 que se aprobó el primer plan de fosas, lo que aceleró notablemente las tareas de localización, exhumación e identificación.
En una entrevista con la ACN, el director general de Memoria Democrática, Francesc Xavier Menéndez, reconoce que el ritmo de exhumaciones no es tan ágil como se querría, pero defiende que se prioriza la identificación de los cuerpos y la dignificación de los que continúan sin nombre. Coincidiendo con los 50 años de la muerte de Franco, Menéndez admite que las políticas de memoria democrática empezaron “tarde” y que esto ha dificultado la localización e identificación de las víctimas. Aun así, considera que en Catalunya “se está haciendo un buen trabajo”, constante y metódico, con el objetivo de avanzar a pesar del paso del tiempo y aprovechar los avances científicos para facilitar el cruce genético con familiares que todavía esperan.

Un millón de euros anuales
Menéndez detalla que la Generalitat destina más de un millón de euros anuales a la excavación de fosas y, aunque reconoce que una mayor inversión podría agilizar el proceso, matiza que el impacto sería limitado porque antes es necesario localizar y documentar con precisión cada fosa. Además, expresa su preocupación por la posible entrada de un gobierno del PP y Vox en el ejecutivo español, hecho que podría comportar recortes en las subvenciones que actualmente provienen del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática. En cuanto a la gestión del patrimonio de la guerra civil y la represión franquista, Menéndez destaca que la Generalitat no clasifica las fosas según el bando de los combatientes, sino según criterios técnicos. Esta metodología responde a la complejidad histórica de las inhumaciones, donde a menudo coinciden víctimas de represión, soldados republicanos o franquistas y civiles.
Censo de desaparecidos
El censo de personas desaparecidas en Catalunya durante la Guerra Civil y el franquismo cuenta con 8.158 inscritos, de los cuales un 67,5% —es decir, 5.502— eran soldados. De estos, 4.751 formaban parte del ejército republicano, 222 del ejército franquista y 527 no están vinculados a ningún bando concreto. El resto, un 32,5% (2.656 personas), corresponden a civiles o casos en los que no se ha podido determinar la condición del desaparecido. Hasta ahora, se han recuperado 1.023 cuerpos de fosas comunes, pero solo 34 han sido identificados de manera científica: 7 antes de 2017 y 27 posteriormente. Sin embargo, en unos 700 casos más, las pruebas documentales han permitido establecer con bastante precisión quiénes eran y dónde fueron enterrados, a pesar de no haberse podido confirmar con el ADN.