La venta de pulseras de actividad física no deja de crecer en todo el mundo. En el último trimestre de 2018, se vendieron aproximadamente un 20% más respecto al mismo periodo del año anterior en toda Europa. Marcas como Fitbit, Apple Watch, Nike Fuel Band, Jawbone, Huaweii o Xiaomi Mi Band convencen a los consumidores gracias a las prestaciones que ofrecen, entre las que se encuentran las de controlar el ritmo cardiaco, contar los pasos, medir el grado de actividad física o monitorizar el sueño.

Más de una voz se ha alzado para denostar estos dispositivos

Pero también es cierto que más de una voz se ha alzado para denostar estos dispositivos. Algunos critican las prestaciones que ofrecen y otros alertan incluso de sus posibles consecuencias negativas. Este es el caso de un estudio publicado por la revista Journal of Clinical Sleep Medicine en el que se subraya que los especialistas en patologías derivadas del sueño son muy cautelosos a la hora de recomendar estas pulseras, porque incrementan notablemente las preocupaciones de los pacientes acerca de la calidad y la duración del sueño.

La investigación explica que cada vez más personas se hacen con estos dispositivos y lo consultan con su médico con el objetivo de curar su insomnio o mejorar la calidad del sueño. Pero lo que podría parecer una ayuda termina convirtiéndose en una obsesión a la que los expertos del estudio califican como ortosomnia, que se traduce como un ansia de perfeccionismo por monitorizar el sueño y mejorar el descanso. Algo similar a la excesiva preocupación por la alimentación saludable, que se denomina ortorexia.

Los casos analizados en el trabajo demuestran que la ansiedad de los pacientes se incrementó notablemente con el uso de estos dispositivos, con lo que su insomnio se exacerbó y se reforzaron los malos hábitos de sueño. El estudio también pone en entredicho que algunos de estos dispositivos puedan mostrar resultados completamente fiables acerca del análisis que realizan del sueño de sus usuarios. Concluyen que se precisa de más investigación para saber si la tecnología de seguimiento de sueño tiene validez científica plena.

Lo cierto es que existen más estudios que ponen en entredicho los beneficios de estas pulseras. Por ejemplo, un trabajo publicado en The Journal of The American Medical Association concluyó que su uso era ineficaz para perder peso, otro de los objetivos por los que los usuarios suelen hacerse con ellas. De la investigación, en la que participaron 470 personas de entre 18 y 35 años con problemas de obesidad durante más de dos años, se concluyó que el hecho de usar dispositivos que controlan la actividad física no supone un estímulo para adelgazar.