La cúrcuma es una planta originaria de la zona que va desde el sudeste asiático hasta Polinesia y Micronesia y que se cultiva por sus rizomas, de los que se extrae la especia. Se utiliza para teñir prendas de vestir y como colorante alimentario gracias a su fuerte tono amarillento. Asimismo, sus propiedades antiinflamatorias hacen que se le den usos medicinales para tratar distintas afecciones, con el cáncer entre ellas.

También es de uno de los ingredientes del curry, un conjunto de platos originarios fundamentalmente de la India y que desde hace décadas se ha hecho muy popular en el resto del mundo.

Rizoma cúrcuma

Pero ahora la preocupación ha comenzado a extenderse a raíz de un nuevo informe que ha analizado cómo algunas empresas de Bangladesh están añadiendo a la cúrcuma cromato de plomo, con el fin de que la especia goce de un tono más amarillo.

El cromato de plomo, también conocido como amarillo de cromo, es un compuesto químico que se utiliza habitualmente como componente en las pinturas, los colorantes para plásticos y las tintas para impresora para dotarles de la citada tonalidad amarilla.

El cromato de plomo suele presentarse como un polvo cristalino y está compuesto por dos metales como son el plomo y el cromo. Se trata de un compuesto químico que puede resultar desde tóxico hasta venenoso cuando es ingerido o inhalado por los seres humanos.

La ciencia ha demostrado en numerosas ocasiones que el cromato de plomo puede resultar peligroso independientemente de la cantidad que se trate, dado que puede causar problemas cognitivos, pudiendo llegar a ser graves, por la contaminación de la sangre humana por el metal pesado.

No es la primera vez que algunas investigaciones previas han identificado la presencia de plomo en la cúrcuma, pero en esta ocasión ha sido un equipo de científicos del Instituto para el Medio Ambiente de Stanford Woods en los EE. UU. el que ha querido hacer una evaluación de hasta dónde llega la adulteración de la cúrcuma con el amarillo de cromo.

La investigación

El estudio del instituto californiano se ha publicado en la revista Environmental Science & Technology, y en el mismo se detalla cómo la adición del cromato de plomo a la cúrcuma es la responsable de la presencia del metal pesado en la sangre de las personas estudiadas. Para poder analizar las muestras, los investigadores visitaron a algunos de los principales productores de cúrcuma de Bangladesh para poder revisar la trazabilidad de la producción e investigar a más de 150 trabajadores. Asimismo, tomaron muestras del producto en diferentes mercados locales.

Tarro cúrcuma

Una vez analizadas las muestras, detectaron que en siete de los nueve principales distritos productores de cúrcuma desde el 2% al 10% de las especias contenían cromato de plomo. Una práctica que consigue dos resultados buscados. Por un lado, dar un color más amarillo y llamativo de la cúrcuma, y, por otro, incrementar el beneficio del precio de venta.

Aunque el trabajo solo ha tenido lugar en Bangladesh, la preocupación reside en que desde aquel país se exporta esta especia a todo el mundo, sin que el sistema de controles periódicos de seguridad alimentaria esté poniendo el foco en la contaminación de la cúrcuma mediante el cromato de plomo.