¿Has perdido el conocimiento recientemente? ¿Te has preocupado? ¿Es motivo de alarma? Un motivo frecuente de consulta al cardiólogo es el haber presentado una posible pérdida de conocimiento. Muchas veces es difícil saber con exactitud si ha habido o no pérdida de conocimiento completo: un mareo intenso, lo que se conoce como lipotimia o desmayo es frecuente, y es algo que por lo general no reviste gravedad alguna. Cuando el interrogatorio médico confirma que ha habido una pérdida transitoria de la conciencia hablamos de síncope.

Según explica la jefa del Servicio de Cardiología de Quirónsalud Barcelona, Pilar Tornos, hay muchísimas causas de síncope, la mayoría de pronóstico benigno, pero a veces un síncope puede poner sobre aviso de algún problema cardiológico serio.

El síncope más común es el que conocemos como neuromediado o vasovagal. Según detalla la doctora, por lo general los pacientes, mayoritariamente jóvenes y sanos, suelen notar un mareo intenso antes de perder la conciencia.

¿Cuándo aparecen los síncopes?

¿Pero hay situaciones concretas en las cuales es más propenso padecer síncopes? Muchas veces el problema se presenta en situaciones determinadas, por ejemplo, estar en un lugar cerrado y de pie durante un rato largo, tras sufrir alguna emoción como dolor, ver sangre o una intervención quirúrgica o situaciones similares, detalla la doctora. Otras veces guarda relación con accesos de tos o aparece después de la micción. En todos estos casos el diagnóstico se puede hacer con una buena historia clínica. El examen de los pacientes y el electrocardiograma (ECG) es normal y el pronóstico es totalmente benigno.

Otras veces los síncopes aparecen bruscamente: el paciente pierde el conocimiento sin previo aviso y por lo tanto puede hacerse algún traumatismo al caer al suelo, explica Tornos. En estos casos es importante acudir al cardiólogo para descartar causas potencialmente graves. En especial si en la familia hay otras personas que han padecido síncopes o si hay antecedentes de muerte súbita. También si los síncopes han aparecido haciendo ejercicio físico (durante el ejercicio, no en la fase de recuperación en la que puede haber síncopes neuromediados benignos).

La doctora expone que también es obligada la revisión cardiológica cuando un paciente portador de una cardiopatía tiene una pérdida de conciencia. En estos casos la posibilidad de una arritmia potencialmente seria es alta.

¿Qué pasa si padecemos un síncope brusco?

Ante un síncope brusco, además de hacer una historia clínica completa que analizará las circunstancias concretas en las que ha tenido lugar y la posible historia familiar, se deberá realizar una exploración cardiológica básica y un electrocardiograma. En el examen cardiológico podría auscultarse un soplo que alertara de la posibilidad de una valvulopatía o una miocardiopatía hipertrófica. En este caso el ecocardiograma confirmara el diagnóstico, insiste Tornos.

El electrocardiograma permitirá diagnosticar algunas arritmias que pueden ser responsables de la pérdida de conciencia, tanto arritmias lentas como rápidas. Según la doctora, también puede poner de manifiesto la presencia de unas alteraciones eléctricas concretas que ponen sobre la pista de posibles problemas arrítmicos graves, como es la detección del Síndrome de Brugada u otras alteraciones de la repolarización.

Si nos encontramos ante casos de sincope brusco en los que el examen físico y el electrocardiograma son estrictamente normales contamos con técnicas de monitorización del electrocardiograma que pueden poner de manifiesto arritmias intermitentes. Sin embargo, en ocasiones y pese a la brusquedad del sincope, no se consigue llegar a un diagnóstico claro. En estos casos la práctica de un tilt test puede ser útil para descartar que la causa del mismo sea una alteración vasovagal.

Síncope: ¿benigno o maligno?

Como conclusión podemos afirmar que las pérdidas de conciencia transitorias o sincopes son frecuentes y en la inmensa mayoría de casos son benignos y no requieren tratamiento específico, expone Tornos. 

La consulta cardiológica es obligada en aquellos sincopes bruscos que pueden provocar traumatismo y sobre todo cuando hay historia familiar, cuando el paciente tiene una cardiopatía conocida o cuando el sincope aparece en relación a la práctica de ejercicio.