Hablar habitualmente más de una lengua podría ayudar a envejecer mejor. Esta es la conclusión de un macroestudio internacional, que ha contado con la participación de investigadores españoles, que ha analizado los datos de 86.000 personas de entre 51 y 60 años de 27 países europeos diferentes. La investigación, publicada en la revista Nature Aging, ha concluido que el multilingüismo se asocia con un menor riesgo de envejecimiento acelerado y con perfiles de salud más positivos, pero han querido remarcar que el trabajo no demuestra una causalidad directa, sino una asociación clara entre hablar varias lenguas y envejecer mejor. Los resultados podrían servir de base para diseñar políticas educativas y de salud pública que promuevan la resiliencia cognitiva y funcional en las personas mayores. 

La investigación señala que las personas que solo hablan una lengua tienen aproximadamente el doble de posibilidades de sufrir un envejecimiento acelerado. En cambio, quienes hablan, como mínimo, un idioma adicional, tienen 2,17 veces menos posibilidades de experimentar este deterioro. El impacto del multilingüismo sobre el envejecimiento saludable parece ser muy relevante, dice Agustín Ibáñez, del Instituto Global de Salud Cerebral (GBHI) del Trinity College de Dublín, firmante del artículo. Estos hallazgos —señala— refuerzan la idea de que el multilingüismo “no solo tiene un valor cultural o comunicativo, sino que constituye un determinante significativo de salud pública”.

Hablar varios idiomas tiene un impacto positivo

El catedrático de Psicología e investigador en Ciencia Cognitiva del Lenguaje en la Universidad de Nebrija, Jon Andoni Duñabeitia, ha subrayado que “este estudio es sólido y altamente relevante, ya que aporta evidencia empírica convincente sobre una línea de investigación que hace más de una década que ocupa muchos laboratorios internacionales”. Según apunta el catedrático, hablar diversas lenguas no solo influye en los procesos cognitivos, sino que también tiene un impacto positivo en la salud general y en el ritmo de envejecimiento. Jon Andoni Duñabeitia ha remarcado la magnitud del estudio, con datos de miles de personas en decenas de países, y ha destacado que esta confirmación empírica consolida el multilingüismo como un factor protector de la salud.

Nuevas investigaciones para averiguar los aspectos más útiles

Los investigadores han utilizado un método innovador que permite estimar una “edad biológica” basada en múltiples factores de salud y estilo de vida. Los datos incluían factores de riesgo, como hipertensión, diabetes, problemas de sueño o pérdida sensorial, y otros protectores (educación, cognición, capacidad funcional o actividad física) de los participantes. Esto ha permitido observar que las personas multilingües tienden a presentar perfiles de envejecimiento más saludables, un efecto comparable al de otros hábitos positivos como mantener una dieta equilibrada o hacer actividad física regularmente. El trabajo, sin embargo, no ha permitido establecer una causalidad directa: no se puede afirmar que hablar varios idiomas retrase el envejecimiento, pero sí que las personas que lo hacen muestran un mejor estado de salud y más longevidad funcional. El próximo paso será averiguar qué aspectos del uso lingüístico aportan más beneficios, un “nivel de detalle clave para reconocer el valor del multilingüismo como recurso de salud y bienestar”, concluye Duñabeitia.