En los últimos años, la dieta paleolítica se ha convertido en una de las más famosas del mundo. Se basa en un alto consumo de proteínas y en una baja ingesta de hidratos de carbono, especialmente los de absorción rápida y los procesados, emulando la alimentación que seguían los hombres en la prehistoria.

Carne, pescado, verduras, frutas, frutos secos y raíces son la base del menú paleolítico, que excluye alimentos como los cereales o las legumbres. El responsable de difundirla fue el gastroenterólogo Walter L. Voegtlin en los años 70, que popularizó la idea de que alimentarse como en la época paleolítica, cuando se cazaba, y antes de la llegada del neolítico, cuando se desarrolló la agricultura, tenía grandes beneficios para la salud.

Aunque es cierto que algunos estudios han subrayado posibles accionas positivas en ciertos aspectos como el control de la glucosa o la mejora de los síntomas en ciertas patologías intestinales, como uno publicado en 2016 en el que se decía que podría prevenir atacas cardíacos y enfermedades cardiovasculares, lo cierto es que desde su publicación ha habido una gran controversia respeto a ella.

El estudio

Ahora, la investigación realizada por un equipo de Australia concluye que la dieta paleo puede poner en riesgo la salud del corazón. Los hallazgos aparecen en el European Journal of Nutrition. Los expertos escogieron dos grupos, uno de 44 participantes que siguieron la dieta paleo y otro de 47 participantes que siguieron dietas basadas en recomendaciones públicas de salud. Se realizó un seguimiento durante más de un año, haciendo analíticas cada poco tiempo y evaluando sus indicadoras de salud. Además, a los que siguieron la dieta paleolítica se las dividió en dos grupos más específicos: uno que siguió la alimentación de forma más estricta, con 22 participantes y otro al que se le añadió una porción miedo día de cereales y productos lácteos, también con 22 participantes.

Las conclusiones

El estudio concluye que entre los que siguieron la dieta paleo, los individuos presentaban niveles elevados en sangre de un compuesto que los especialistas asocian con la enfermedad cardiaca: el N-óxido de trimetilamina. El N-óxido de trimetilamina se forma primero en el intestino, y sus niveles dependen de la dieta de una persona y de las bacterias que pueblan su intestino, entre otros factores.

También se descubrió que las poblaciones de bacterias intestinales beneficiosas para la salud eran más bajas en los grupos que siguieron la dieta paleolítica. La causa de los niveles tan elevados de N-óxido de trimetilamina es el no consumo de cereales integrales, que son una fuente de fibra y ayudan a reducir el riesgo de problemas cardiovasculares. Según los expertos, estos alimentos aportan almidón resistente y fibras fermentables que son muy importantes para el microbioma intestinal.

En definitiva, que la invención de la agricultura y la incorporación a la dieta de los humanos de cereales y legumbres en elnNeolítico, no sólo permitió un mejor desarrollo cerebral, sino que mejoró la salud de laso personas.