Los síntomas que caracterizan a la enfermedad de Parkinson son síntomas motores. A pesar de que se trata de un padecimiento que se estudia minuciosamente en todo el mundo por numerosos equipos de científicos, estos aún no comprenden exactamente qué es lo que provoca esta enfermedad. Sin embargo, una nueva investigación que se ha publicado recientemente, puede suponer una revolución en cuanto a lo que plantea sobre lo que se cree saber acerca del Parkinson.

Para hacerse una idea de cuánto afecta esta enfermedad a los seres humanos, solo en los Estados Unidos, son alrededor de 930.000 las personas que sufren Parkinson, unas cifras que representan el 1% de la población mayor de 60 años.

Los principales síntomas del Parkinson afectan al sistema locomotor e incluyen temblores, lentitud del movimiento y rigidez de las extremidades. Unos síntomas que afectan de manera importante la calidad de vida de los enfermos.

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Los especialistas en esta enfermedad creen en su mayoría que los síntomas motores mencionados tienen lugar cuando las neuronas que producen la dopamina comienzan a morir de manera acelerada y poco habitual. Esto ha llevado a los médicos a recetar un fármaco llamado L-DOPA, que trata de compensar los síntomas de la enfermedad. El problema es que a largo plazo, este medicamento puede producir efectos secundarios graves.

Ahora, un nuevo estudio ahora parece echar por tierra lo que la ciencia considera como responsable de los síntomas motores. Este trabajo científico ha sido llevado a cabo por un extenso equipo de investigadores de Corea del Sur y que ha sido publicado en la revista especializada Current Biology. El estudio revela que los síntomas del Parkinson aparecen antes de la muerte prematura de las neuronas dopaminérgicas, las que producen las neuronas.

La investigación

 

El estudio se llevó a cabo con modelos de ratón con la enfermedad de Parkinson y también se analizaron muestras de cerebro tanto de personas sanas y personas con Parkinson. De esta manera, se descubrió que antes de que las neuronas dopaminérgicas murieran, dejaban de funcionar. O sea, que dejan de sintetizar correctamente la dopamina, y esto desencadena los síntomas asociados con la enfermedad de Parkinson.

Gracias a este descubrimiento, los científicos autores del estudio han declarado que “ya que se pueden despertar las neuronas inactivas para reanudar su capacidad de producción, este hallazgo nos permitirá dar a los pacientes la esperanza de vivir una nueva vida sin el Parkinson”.

Observando a los roedores, los investigadores vieron que los astrocitos (células no neuronales en forma de estrella) en el cerebro comenzaron a aumentar en número cuando las neuronas cercanas comenzaron a desaparecer. En este punto, un neurotransmisor clave llamado GABA también comienza a aumentar en el cerebro, alcanzando un nivel excesivo y evitando que las neuronas dopaminérgicas produzcan dopamina, aunque no las maten. Un proceso que además no solo ocurre en animales como los ratones, sino que también pasa en los humanos.

Científicos

Pero además de los mencionado, los científicos también descubrieron que hay una manera de restaurar la función de las neuronas dopaminérgicas afectadas al evitar que los astrocitos sinteticen GABA. Cuando hicieron esto, comprobaron que disminuyó significativamente la gravedad de los síntomas motores asociados con la enfermedad de Parkinson.

En palabras de los investigadores surcoreanos, esta investigación refuta la creencia común de que no existe un tratamiento que modifique la enfermedad debido a su base de la muerte celular neuronal. La importancia de este estudio radica en su potencial como la nueva forma de tratamiento para pacientes en etapas tempranas de Parkinson”.