Con la obligación del pasaporte covid, que gracias a la evolución de la pandemia ya ha desaparecido en Catalunya y otros puntos del Estado, muchas personas decidieron dar el paso de vacunarse para poder salir de fiesta, ir a un restaurante, ir al gimnasio o visitar a sus familiares en las residencias. De hecho, cuando el Govern aprobó su entrada en vigor a finales de noviembre, las inyecciones de primeras dosis aumentaron significativamente. Otras personas, en cambio, se mantuvieron firmes en su decisión de no vacunarse, pero tampoco quisieron renunciar a acceder a los sitios donde el pasaporte covid era necesario, así que optaron por falsificarlo. Esta ilegalidad puede suponer una pena de entre 6 meses y 3 años de prisión y los tribunales españoles equiparan la responsabilidad de su autor material con la de quien lo encarga.
El certificado de vacunación sigue siendo necesario en España para acceder a los establecimientos de Andalucía, Aragón, Canarias -para los turistas nacionales-, País Valencià, Galicia, La Rioja, Murcia, Ceuta y Melilla. En Catalunya y las Illes Balears estuvo vigente durante unos meses, pero se ha optado por eliminarlo, mientras que en cuatro regiones Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid nunca se llegó a implantar. En cambio, mientras que esta medida no ha cuajado en Espanya, parece que su uso a nivel europeo va a seguir vigente por algún tiempo: la Comisión Europea ha propuesto recientemente extender la validez del mismo al menos hasta el 30 de junio de 2023, con lo que seguirá siendo un mecanismo de control al alcance de cada Gobierno en caso de nuevas oleadas.
Red con sanitarios
En esta situación, y con buena parte del Estado aun exigiendo este pasaporte, los abogados alertan que "aumenta la oferta de certificados falsos, que son demandados por quienes buscan seguir con su ritmo de vida eludiendo la vacunación. Así lo explica a Efe el abogado Ignacio Castillo. "Si hace unos meses se detectó un incremento en la falsificación de los resultados de pruebas PCR y test de antígenos, actualmente este negocio fraudulento se traslada a los certificados covid, que pueden costar entre 170 y 450 euros en el mercado ilícito", añade este penalista.
Precisamente, a finales del pasado enero la Policía Nacional desarticuló en Madrid y Barcelona una red integrada por siete miembros -entre ellos personal sanitario- que pudo facilitar pasaportes covid y resultados de PCR falsos a famosos y conocidos delincuentes de todo el territorio nacional y también en otros países de la Unión Europea. Además del cantante Omar Montes, uno de los cantantes más escuchados de España, figuran como supuestos clientes de esta organización conocidos delincuentes aluniceros o condenados por narcotráfico.
Alteración de documentos
"Las personas que quieren obtener un pasaporte covid fraudulento no son conscientes de que la reproducción ilegal de los mismos no es sencilla para su correcto funcionamiento, ya que al contar con un código QR para su validación, deben acceder al sistema de la Administración emisora", añade Castillo. La manipulación del código QR supone, en la práctica, la alteración de un elemento esencial de un documento expedido por la Administración.
El ilícito penal en cuestión en el que incurriría tanto la persona que falsifica materialmente el documento como quien lo encarga está tipificado en el artículo 392 y 390.1 del Código Penal, y contempla penas que van de los 6 meses a los 3 años de prisión, con multas de diverso importe, de entre 6 y 12 meses de duración. "Quienes tengan la tentación de adquirir un pasaporte covid falso han de conocer que no se trata de un certificado de escasa transcendencia en el tráfico jurídico, dadas las connotaciones que trae consigo la actual pandemia y la necesidad de tutelar y proteger el interés general por parte de las Administraciones".
Validez del certificado en Europa
La evolución de la pandemia sigue siendo positiva y los principales indicadores se mantienen a la baja, pero en Europa no se descarta que la propagación del virus siga activa en la segunda mitad de 2022, ni tampoco la aparición de nuevas variantes que puedan resultar más dañinas. Por lo tanto, es previsible que este documento, que acredita que su titular se ha vacunado o se ha sometido recientemente a pruebas de detección, siga siendo requisito esencial para viajar y, en determinados caos, para acceder a lugares de ocio como restaurantes, teatros, cines o gimnasios. Así, aunque ahora mismo en Catalunya este no es necesario (tampoco para acceder al ocio nocturno, que volvió a abrir la semana pasada), los catalanes que quieran viajar a determinados países europeos sí que deben tener este certificado, no solo para poder entrar, sino para que una vez ahí, poder hacer vida normal. A diferencia de aquí, en diferentes países europeos, el pasaporte covid está totalmente implantado y los no vacunados tienen muy restringidas sus actividades.
Además, es importante tener en cuenta que, tal como se decidió a finales de diciembre, a partir de este 1 de febrero el certificado caduca a los nueve meses de la última inyección. De este modo, se anima a la población a ponerse la tercera dosis de la vacuna, esencial contra ómicron. Ahora mismo, en Espanya está estipulado que toda la población se puede poner la dosis de refuerzo cinco meses después de la pauta completa.