El plan ha salido adelante, pero no como lo tenían pensado desde Génova. El actual presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha conseguido ganar las elecciones de este domingo y ha dejado al PSOE sin la posibilidad de mayorías alternativas. Pero el adelanto electoral tiene un peaje: ha quedado bastante lejos de la mayoría absoluta, y ha quedado ligado de pies y manos por la extrema derecha de Vox. El dirigente popular, que intenta evitarlo, ya ha anunciado una ronda de contactos con todos los partidos, empezando por el PSOE. Pero Santiago Abascal también ha advertido: "Vox tiene el derecho y el deber de formar gobierno". En un segundo plano, también han pasado cosas: Ciudadanos casi desaparece de las Cortes, la España Vaciada irrumpe y los leonesistas de UPL revalidan sus mejores resultados.

Después de ver las encuestas de las ocho de la noche, con el escrutinio en el 0,06%, los populares ya desbordaban euforia. Desde Génova ya trasladaban que el PSOE era "el gran derrotado" de las elecciones, porque pasaba a ser segunda fuerza política y perdía en las nueve provincias castellanoleonesas. "Los ciudadanos de Castilla y León han entendido las razones de la convocatoria electoral y han castigado a los dos partidos que fomentaron la moción de censura, Ciudadanos y el PSOE," aseguraban estas mismas fuentes, que se felicitaban para "mantener el gobierno", dando por hecha la alianza con los ultras.

En cambio, desde el PSOE pedían prudencia y esperar hasta el final. Eso sí, el presidente español y secretario general socialista Pedro Sánchez ha optado por quedarse en el palacio de la Moncloa y no desplazarse hasta el cuartel general de Ferraz. Ha hecho bien: con el avance del escrutinio solo se han confirmado los buenos augurios de los populares.

 

No ha habido sorpresa: el PP ha ganado de forma ajustada las elecciones, con 31 escaños y haciendo el sorpasso al PSOE. Son dos más que en las elecciones del 2019, cuando fueron segundos. En segunda posición han quedado los socialistas, en que han perdido mucha fuerza, con 28 escaños, siete menos. El podio lo ha completado la extrema derecha de Vox, con un crecimiento espectacular, pasando de un procurador en las Cortes a 13. Unidas Podemos, que tenía dos, ha perdido uno. En cambio, Ciudadanos ha seguido en sus horas bajas. De estar dentro del gobierno autonómico con 12 a entrar por los pelos en el parlamento con uno por Valladolid.

Como se esperaba, los partidos pequeños han crecido, pero con el poder de influencia que pretendían totalmente desactivado. Los leonesistas de Unión del Pueblo Leonés, que propugnan la separación de Castilla, han subido de uno a tres procuradores, su marca histórica. La España Vaciada ha irrumpido con tres diputados, los tres por Soria. La candidatura Por Ávila ha mantenido el escaño que ya tenía.

La mayoría absoluta se sitúa en 41 escaños. De esta forma, el único pacto viable es el del PP de Fernández Mañueco con el de la extrema derecha de Vox, que ya ha advertido que hará valer su fuerza. Las dos formaciones sumarían 44. En cambio, el PSOE no tiene ninguna opción para gobernar. El candidato a la reelección, Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado ya una rueda de contactos con todos los grupos, empezando por el PSOE, mientras Santiago Abascal ha advertido de que harán valer su fuerza.

Como ya pasó en la Comunidad de Madrid, el futuro del PP está de nuevo atado a Vox. Este hecho también tiene repercusiones estatales, con un Pablo Casado hipotecado con la extrema derecha, que exigirá entrar en las instituciones. Se imponen las tesis de Isabel Díaz Ayuso, que verbalizó en la campaña electoral castellanoleonesa: "Si tenemos que pactar, prefiero Ortega Lara que los que lo hacen con sus secuestradores", en referencia a EH Bildu.