Alemania vive en una especie de confinamiento permanente desde hace meses. No es comparable a la primera ola por coronavirus pero la mayoría de las actividades están cerradas: bares y restaurantes, teatros, cines, y se tiene que pedir cita previa a ciertos establecimientos permitidos y acreditar ser negativo. La estrategia sanitaria choca con los principios que marca al Comité de Ética de este país y, ahora, pueden empezar a notarse los cambios.

El pasado mes de marzo, el ministro de Sanidad alemán Jens Spahn reiteraba que no habría diferencias para la población que ya estuviera vacunada. Ahora, la dirección es totalmente opuesta: "Aquellos que estén vacunados contra el virus, pronto tendrían que recuperar las libertades. Así pues, cualquier persona que haya sido completamente vacunada se puede tratar en el futuro como si fuera negativo", ha declarado Spahn en el diario Bild am Sonntag.

El cambio de rumbo viene motivado por los últimos informes del Instituto Robert Koch (RKI), responsable de la gestión de la pandemia en Alemania, según el cual se pueden levantar rápidamente los requisitos de prueba y cuarentena para personas completamente vacunadas. Aunque muchos centros han cerrado parcialmente por Semana Santa y el ritmo de la campaña es lento, un 12% de la población total de este país ha recibido, como mínimo, la primera dosis. De esta, el 4% ya ha completado las dos.

Un vacunado puede contagiar

Aunque hay que recordar que una persona vacunada no necesariamente puede dejar de contagiar, los resultados evaluados aseguran que el riesgo es inferior. El RKI destaca en su último informe que "según los conocimientos actuales, el riesgo de transmisión del virus de personas que se encuentran completamente vacunadas es, como tarde, quince días posteriores a ser administrada la segunda dosis, y menor que con personas asintomáticas que dan negativo en un test de antígenos".

De la solidaridad que pedía la CDU de Merkel entre los vacunados a la apertura de miras: "Si se toman nuevos pasos basados en pruebas rápidas, como en el sector del comercio al detalle, esta decisión fundamental entraría en vigor. Cualquier persona vacunada podría ir a la tienda o a la peluquería sin más pruebas", ha reiterado Spahn. A medio plazo, es probable que las decisiones tengan un impacto en las vacaciones o los viajes al extranjero, así como en la posibilidad de ir a restaurantes.

El cambio de estrategia

Poco después del inicio de la campaña de vacunación en Alemania por Navidad, Spahn dijo: "Nadie tendría que exigir derechos especiales hasta que todo el mundo haya tenido la oportunidad de vacunarse". El ministro de Salud añadió que fue este respeto mutuo el que mantuvo el país unido: "Estamos luchando contra la pandemia juntos, y sólo la superaremos juntos".

El ministro federal del Interior, Horst Seehofer, también se manifestó en contra de los privilegios de las personas vacunadas en aquel momento. Las críticas han venido del partido de ultraderecha AfD. La líder del grupo parlamentario del Bundestag, Alice Weidel, advirtió contra una "vacunación obligatoria por la puerta de atrás".

Y añade: "Con este enfoque, el gobierno federal está labrando una sociedad de dos clases". El AfD, que ha reiterado en varias publicaciones las alabanzas por las políticas de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, ha pedido que se eliminen las restricciones para todos los ciudadanos, independientemente de si han pasado un test o han sido vacunados.