En dos puntos diferentes de la ciudad de Madrid, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo celebraban respectivamente este sábado el comité federal del PSOE y el congreso del PP. Las imágenes de un acto y del otro son incomparables: caras largas y un profundo desánimo en la sede de Ferraz y un ambiente completamente festivo en IFEMA, el centro de convenciones donde los populares se preparan para asaltar la Moncloa. El "cónclave del PP", como lo bautizó Feijóo, se ha acabado convirtiendo en una especie de boda o de fiesta de cumpleaños del líder popular. La cumbre socialista tenía que ser para el presidente del Gobierno una oportunidad para relanzar el partido, pero está sudando sangre para conseguir superar el caso Koldo. Este fin de semana, las medidas para combatir la corrupción dentro del PSOE se han visto eclipsadas por un desagradable imprevisto: a primera hora de la mañana ha tenido que fulminar por acusaciones de acoso sexual a Paco Salazar, que tenía que entrar dentro de la secretaría de Organización coral para sustituir a Santos Cerdán.
Mientras Feijóo ha decidido otorgar superpoderes al nuevo secretario general del PP, Miguel Tellado, los escándalos de corrupción de Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García han obligado a Sánchez a hacer todo lo contrario. A partir de ahora, Tellado —escudero de Feijóo desde su etapa en Galicia— será un "mando único" en la gestión de los asuntos internos del partido, la relación con las autonomías y el diseño y planificación de los procesos electorales. El líder del PP quiere activar electoralmente al partido. En cambio, la valenciana Rebeca Torró, nueva número tres del PSOE, compartirá la secretaría de Organización con dos adjuntos: Anabel Mateo y Borja Cabezón. Además, su poder será menos absoluto que el de sus antecesores. Se implantará a partir de ahora un sistema de doble firma para las decisiones más importantes.
El partido cierra filas con Sánchez pese a las feroces críticas de Page
Este sábado Sánchez se ha reivindicado como el único capaz de conseguir que el PSOE supere esta crisis. "Un capitán se queda para capear el temporal y salvar el rumbo del barco", ha manifestado ante 300 socialistas que escuchaban su discurso inaugural de este comité federal. A pesar del desánimo y las caras largas, el partido ha cerrado filas con él, como ha sido el caso del president de la Generalitat, Salvador Illa. Su homólogo en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha liderado la oposición al presidente del Gobierno, exigiéndole una cuestión de confianza o bien elecciones. Miguel Ángel Gallardo, jefe de la federación extremeña y actualmente imputado en el caso del hermano de Sánchez, ha trasladado su apoyo al máximo líder socialista, pero ha criticado los "inexplicables pactos" con el independentismo.
Sánchez ha concluido el comité con un mensaje a los críticos, también dirigido a Felipe González: "Cuando yo deje de ser presidente, seré un militante al lado de mi secretario general". Este sábado, el actual líder del partido ha vuelto a pedir disculpas por "haber depositado la confianza en quien no lo merecía". "Tengo el corazón tocado, pero la determinación intacta", ha aseverado.
Sánchez anuncia medidas contra la corrupción dentro del PSOE y se reserva alguna para el Congreso de los Diputados
Durante su intervención, Sánchez ha anunciado medidas para combatir la corrupción dentro del PSOE, que pasan por controles sobre patrimonio, acortar el plazo de resolución de expedientes sobre irregularidades y rebajar el poder del secretario de Organización. El próximo miércoles comparecerá en el Congreso de los Diputados en calidad de presidente del Gobierno, y fuentes de la Moncloa señalan que las medidas que anunciará allí irán en la dirección de perseguir las empresas corruptoras, tal como le exigen algunos socios.

Feijóo asume que solo tendrá una nueva oportunidad y fija las líneas rojas para llegar a la Moncloa
Un clima bien diferente se ha respirado en IFEMA. Y todas las voces del PP lo celebran por sus pasillos. Subrayan sin complejos (y con cierta sonrisa en la cara) el evidente contraste entre el ambiente en el congreso del PP y el comité federal del PSOE. "Ferraz hoy es un velatorio; más que un comité federal es un comité funeral de un sanchismo que está más muerto que vivo", se ha mofado Miguel Tellado durante su discurso. "Solo hay que comparar lo que ha pasado esta matineta en la calle Ferraz con lo que está pasando aquí durante tres días", ha añadido Feijóo.
El líder del PP ha sido reelegido presidente del partido casi por unanimidad. Cierre de filas total y absoluto desde todos los sectores. Durante su discurso, que se ha alargado una hora, ha presentado el decálogo con el que quiere llegar a la Moncloa, ha reiterado su voluntad de llegar a los diez millones de votos y ha verbalizado dos declaraciones de intenciones. "Los principios de este partido no se pueden comprar, los compromisos no saldrán nunca a subasta; España no estará nunca en venta, me cueste lo que cueste; no negociaremos, ni lo hemos hecho, ni lo haremos, la unidad de los españoles," ha subrayado. En el horizonte se avista un hipotético y presunto entendimiento con Junts per Catalunya.
Y ha dejado claro que su futuro solo pasa por poder ser investido después de las próximas elecciones. "Si no conseguimos el cambio, habremos fracasado en este congreso; por lo tanto, esto no acaba hoy, sino después del recuento electoral", ha proclamado. Ha sido un discurso eminentemente en clave interna que no ha ahorrado un dardo envenenado hacia Ferraz: "No soy ni seré como él; quiero un partido que no consienta la degradación de un partido de estado; si hago lo que hace él, echadme", ha exhortado.
Sánchez denuncia las amenazas de Aznar en las que deseaba encerrarlo en la cárcel
La primera jornada del PP estuvo marcada por el discurso incendiario de José María Aznar, que elevó el tono como nunca y presentó España como una "colonia" de Waterloo. "Si negocias presupuestos en una prisión, te asocias con presidiarios y pactas una amnistía con delincuentes, no te extrañe acabar en la prisión, porque este es tu ambiente", exclamó. Y arremetió contra las alianzas entre el PSOE y el independentismo: "Las mordidas al presupuesto y a la soberanía responden al patrón de la política prostituida; no hay mucha diferencia entre apañar obra pública en Navarra y vender la nación en Suiza", añadió. Y Sánchez le ha reprochado estas palabras: "No aceptan que los españoles nos escojan para gobernar".