Los focos de la política madrileña apuntan este miércoles en dos puntos diferentes de la capital española. En el Tribunal Supremo, el exministro José Luis Ábalos declara nuevamente por el caso Koldo, después de que la Guardia Civil entregara al juez que instruye la causa un informe en el que destaca movimientos de más de 95.000 euros en efectivo. Resuenan en la Villa y corte tambores de encarcelamiento preventivo para quien fue secretario de Organización del PSOE y hombre de máxima confianza del presidente del Gobierno. Simultáneamente, en el Congreso de los Diputados, se celebra la sesión de control al ejecutivo, que es, según Pedro Sánchez, “de los más decentes de Europa”. Se ha expresado así después de que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, haya hecho un repaso de los casos de corrupción que asedian al máximo líder socialista. Sánchez ha decidido también contraatacar con una defensa del derecho al aborto a los embates del PP y de Vox sobre la corrupción.
“Los ciudadanos que sufren para llegar a fin de mes ven cómo en el PSOE y en el Ministerio de Transportes corren los billetes como en un prostíbulo”, ha señalado en un discurso en el que ha lamentado que Sánchez “no se disculpa”, sino que “aumenta los impuestos”. “Usted no dirige un país, sino que lo exprime; y protege a los que roban”, ha espetado el jefe de la oposición. Sánchez, en su respuesta a los embates, ha recomendado al actual líder popular que “deje de hablar de la Caja B” del PSOE porque “eso solo ha existido en el PP”. Y entonces ha acusado a Feijóo de “no decir nada” cuando la madrileña Isabel Díaz Ayuso ha recomendado a las mujeres que quieran abortar a marcharse a otras comunidades autónomas, o tras el escándalo de Andalucía por los errores en el cribado de cáncer de mama. Ha hecho lo mismo con su enfrentamiento dialéctico con el líder de Vox, Santiago Abascal, a quien ha acusado de “promover el miedo a las mujeres libres”.
Más tarde ha sido el turno de Gabriel Rufián, que en su cara a cara con Sánchez ha pedido “incluir la vivienda como derecho fundamental en la Constitución” ahora que el Gobierno ha abierto el debate sobre hacer lo mismo con el derecho al aborto. Durante su discurso, el líder de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados ha insistido en que es necesario regular el mercado de la vivienda para que cada familia del Estado español tenga garantizado un hogar, y no que “los fondos buitre tengan decenas”. Sánchez ha esquivado las balas del jefe de filas republicanas en Madrid recordando que hay comunidades autónomas que no aplican la ley de vivienda, pero que su ejecutivo ha aumentado el presupuesto en estas políticas desde que es el presidente del Gobierno.
Declaración de José Luis Ábalos al Supremo
Quien ha hecho acto de presencia en los dos lugares que centran la actualidad madrileña este miércoles ha sido el protagonista del día: el mismo José Luis Ábalos. A primera hora ha aparcado su coche en el párquing del Congreso de los Diputados, y más tarde se ha dirigido en taxi al Tribunal Supremo para una declaración clave. El ex secretario de Organización ha intentado evitar tener que comparecer renunciando a su abogado y pidiendo a uno de oficio, con la excusa de que el nuevo letrado no ha tenido suficiente tiempo para estudiarse toda la documentación.
Pero finalmente deberá dar su versión sobre los sobres con logotipos del PSOE cargados de billetes en efectivo que aparecen dentro del informe de la UCO. Tanto él como los actuales dirigentes del partido niegan que este informe acredite ninguna trama de financiación ilegal de la formación. En caso de que Ábalos sea encarcelado, continuaría teniendo el acta de diputado, pero sus derechos como parlamentario podrían quedar suspendidos. Para que sus derechos sean suspendidos es necesario que se cumplan tres condiciones: estar en prisión preventiva, que se haya concedido por parte del Congreso el suplicatorio para investigarlo y que haya ya un auto de procesamiento. A pesar de que el exministro no cumple esta última condición, fuentes del Congreso apuntan que la interpretación del reglamento siempre queda en manos de la Mesa, actualmente controlada por el PSOE y Sumar. Y aritméticamente, a los socialistas les interesaría que Ábalos perdiera el escaño. Ya le pidieron que entregara el acta. Si el exministro perdiera el derecho a voto, pero conservara el acta, todavía se necesitarían 176 votos para alcanzar la mayoría absoluta. Es decir, al Gobierno se le complicarían un poco más las sumas en esta cámara.