Catalunya ha homenajeado hoy a sus voluntarios que lucharon en la Legión Extranjera francesa en la Primera Guerra Mundial. Y finalmente lo ha hecho al margen del gobierno español, después de un conflicto diplomático que ha estado a punto de dejar a la Generalitat sin poder participar en la conmemoración del centenario de la batalla del Somme.
El conseller de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, ha reivindicado que Catalunya pueda tener "voz propia en el mundo" para defender "principios y valores universales" y ha hecho una ofrenda floral con la bandera en el acto de homenaje a Belloy-en-Santerre (Francia). Aunque inicialmente las autoridades francesas pretendían que se limitara a formar parte de la delegación española, al final han aceptado la presencia catalana.
"Esta voluntad de que Catalunya pueda tener voz propia en el mundo para respetar principios y valores universales nos hace muy próximos a los hechos que se produjeron en 1916", ha defendido al conseller d'Afers Exteriors, y ha puesto de manifiesto que "más allá de su nacionalidad, mucha gente defendió unos valores universales, como demuestra este homenaje al combatiente Camil Campanyà".
La bandera
La "gran mayoría" del millar largo de voluntarios catalanes eran independentistas que combatían con la estelada y por eso el Govern se ha negado a homenajearlos con la bandera española, a pesar de la presión de las autoridades francesas. Los catalanes del primer regimiento de marcha de la Legión Extranjera, como "los voluntarios checos, eslovacos y de los Balcanes", "aspiraban a la independencia de sus países si finalmente el Imperio Austro-Húngaro y Alemania eran "derrotadas", recuerdan desde Exteriors.
"Los grupos catalanistas más radicales", como Unió Catalanista y Esquerra Catalanista, "consideraron que el catalanismo tenía que tener política exterior propia para alcanzar una proyección internacional y por eso organizaron y dar apoyo a los voluntarios catalanes que luchaban bajo bandera francesa", insisten.
50 catalanes muertos
La batalla de Belloy-en-Santerre, el 4 de julio de 1916, fue una carnicería: en un solo día murieron 900 combatientes de la Legión Extranjera. Un total de 50 eran catalanes, liderados por Camil Campanyà. Después de la guerra, la Mancomunitat de Catalunya y el Ajuntament de Barcelona financiaron íntegramente la reconstrucción del pueblo, que quedó literalmente arrasado. Por eso, desde entonces las principales calles llevan el nombre de Rue de la Catalogne y Rue de Barcelone. Y en la fachada del ayuntamiento, pagado por los catalanes, como la iglesia o el monumento a los caídos, hay una placa en honor en Campanyà.
Los organizadores de la conmemoración del centenario invitaron a la delegación de la Generalitat en París a participar, de la misma forma que se pusieron en contacto con las embajadas de los EE.UU., Chequia (que no era un Estado independiente en 1916) o Alemania para que también homenajearan a sus muertos. Pero cuando el acto ya estaba prácticamente cerrado a nivel local, las autoridades francesas también instaron a la embajada española a participar y pidieron a la Generalitat que se uniera a su delegación. El Govern se negó a ello rotundamente y, finalmente, la presión de los alcaldes de la zona ha permitido que este lunes Catalunya pueda homenajear a sus voluntarios al margen de España.
Romeva ha participado en el acto acompañado del delegat de la Generalitat en Francia y Suiza, Martí Anglada. La ceremonia ha incluido un concierto de la Orquestra Barroca de Barcelona y la lectura de poemas de Campanyà. Por parte de Francia, han participado en la conmemoración el sub-prefecto de Perónne, Odile Bureau; el presidente de la Mancomunidad del Alta Picardia, Philippe Cheval, y sus vicepresidentes, Robert Billoret y Bruno Etévé; el alcalde de Belloy-en-Santerre, Bernard Lictevout; el presidente de la entidad Souvenir Français, Marcel Queyrat, y un oficial representante de la Legión Estranjera. También asistirán consejeros y militares checos, alemanes y de los EE.UU.