El presidente en el exilio Carles Puigdemont asegura al diario británico 'The Guardian' que el juicio del 1-O es un "acto alarmante de represión de Estado". En un artículo publicado por el rotativo este martes, Puigdemont critica la "sustitución de las soluciones políticas por el Código Penal" y considera que haber dado "prominencia a jueces" por delante de "gobiernos y parlamentos ha sido un error colosal".

A pesar de la "represión", escribe Puigdemont, el inicio del juicio es el momento de enviar un mensaje a los "demócratas del mundo" que están "preocupados" por la "deriva autoritaria" en España. "Nuestra posición sigue siendo defender el diálogo político, desde el reconocimiento y el respeto mutuo como la única manera de avanzar", argumenta.

El líder de JxCat cree que el proceso en el Supremo demostrará cómo un ejercicio visto en otros lugares del mundo como "digno de elogio" se considera un "crimen atroz" en España y cita los casos de Escocia o el Quebec.

Al mismo tiempo, cree que el juicio destacará la "fragilidad de la democracia española y la preocupante politización del sistema judicial". En este sentido, alega que la principal hipótesis de la acusación es una "gran falacia", ya que la violencia vinculada a la rebelión sólo fue utilizada, a opinión suya, por la policía española.

"Juzgar a los defensores pacíficos de las urnas marca todavía más el autoritarismo que vimos el día del referéndum", critica. Según argumenta Puigdemont en el artículo de opinión, la votación del uno de octubre del 2017 fue un "éxito democrático" de naturaleza "pacífica" y "cívica". "La paz y la no-violencia son elementos esenciales de la sociedad catalana", reivindica.

Por todo ello, dice, "sólo acabando con la represión se crearán las condiciones para la resolución de este conflicto". "Los catalanes son un pueblo digno y merecen ser tratados con dignidad", concluye