La noche del debate a cuatro en que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que en las negociaciones "no habían líneas rojas", en alusión al referéndum, el soberanismo suspiró, mientras la alianza entre PSOE y Unidos Podemos parecía más cerca. Las tensiones de campaña venían enturbiando la posibilidad, hasta que la hipótesis ha recobrado la luz con las encuestas: la coalición progresista se quedaría a pocos escaños de la mayoría absoluta, en un momento en que la socialdemocracia que ambos aspiran a representar se ha situado en el centro de la agenda política.

La tesis 'Sevilla'

Según el ministrable de Economía del PSOE, Jordi Sevilla, sería una opción contemplada por Ferraz la de dejar gobernar a la fuerza con más apoyo en el Congreso. Las declaraciones vinieron sucedidas por una afirmación de Sánchez, donde sentenciaba que en ningún caso entraría en un gobierno de coalición con el Partido Popular, ni tampoco haría a Iglesias presidente. En consecuencia, el abanico para cumplir la promesa hecha en el Cercle de Economia por el socialista, que no habrían terceras elecciones, deja margen a la opción de un pacto de PSOE y Podemos con Sánchez presidente.

Derecho a decidir y las encuestas

Por pragmatismo político, sería difícil decir 'no' a un gobierno que roza la mayoría absoluta, según los sondeos. Si la última encuesta de Metroscopia de este domingo se reprodujera la noche electoral, Podemos obtendría 92-95 escaños y el PSOE unos 78-85. Por la parte alta, la suma superaría la mayoría absoluta, con 180 escaños; por la parte baja, la cifra se situaría en torno a los 170. En ambos casos, la abstención de los independentistas CDC y ERC sería innecesaria, y sólo en el segundo caso requerirían una abstención del PNV (5-6 escaños).

De abandonarse, supondría un incumplimiento del programa de En Comú Podem, que reporta 12-15 diputados, pero sería poco penalizado por los votantes de Podemos, pues el 58% de su electorado está a favor de un Estado inmovilista o centralizador. Sin embargo, ahora que "los privilegios de Colau" –según la presidenta andaluza– Susana Díaz, se han difuminado por los platós de TV, ciertos sectores podemitas aseguran que es la voluntad de acabar con las puertas giratorias, que ha permitido a expresidentes como Felipe González situarse en Consejos de Administración, lo que realmente impediría el pacto.

FOTO: Íñigo Errejón y Alberto Garzón / EFE

Vieja y nueva socialdemocracia

Al margen la cuestión catalana, las asperezas de la relación entre Podemos y el PSOE avanzan –con pasos pequeños– gracias a la moderación en las palabras de Pablo Iglesias y la constatación de que nuevos y viejos se necesitan para desbancar al PP. Los primeros, porque se imponen en las encuestas, es decir, el sorpasso. Y los segundos, porque tienen experiencia necesaria para los planes de Podemos, quien quiere renegociar con la Unión Europea el déficit y hacer prevalecer la soberanía económica ante Bruselas para aplicar su programa.

La formación morada necesita rodearse de la credibilidad de los socios socialistas, como el SPD alemán, el Partit Socialiste francés o el italiano Matteo Renzi, pues la "nueva socialdemocracia" sólo tiene por ahora como aliado a la griega Syriza. La etiqueta les ha ayudado a disipar el temor al comunismo de IU, pero intimida a los socialistas, que se reivindican como "auténticos" socialdemócratas. "Si alguien pretende robarnos nuestra historia, apoderarse del sacrificio de millones de socialistas, no lo vamos a permitir", exclamó con indignación este domingo el diputado Patxi López.

No es el único gesto que ha causado ambivalencia en Ferraz. Iglesias ha dado un giro a las palabras de la cal viva sobre el expresidente Felipe González, indicando que Zapatero había sido "el mejor presidente de la democracia". La estrategia acerca el votante socialista moderado y hace un guiño al desprecio sentido por el PSOE por las afirmaciones sobre González. "Socialdemocracia es el PSOE", recalcó Zapatero, ávidamente, ante el desconcierto de los suyos por el giro conceptual de Iglesias.

Sánchez o Iglesias, presidente

Si la entente se va a forjar, no sólo deberán driblar el escollo del derecho a decidir. Iglesias ha afirmado taxativamente y por última vez este domingo que si queda segundo el 26-J pedirá la presidencia. Por su parte, Sánchez aseguró que Iglesias no sería presidente. Por tanto, la única manera de conformar la coalición sería la renuncia de alguno de los dos a ser el jefe de gobierno. A Podemos le podría interesar por la cuestión europea, mientras que voces autorizadas de Ferraz ven ya a Sánchez presidente.

El socialista José Enrique Serrano aseguró en el mitin en Aragón este domingo algo que su líder ya dijo hace unos días. "Hay quien quiere rereconstruir la sanidad, la educación ... ¿y sabéis quién habrá detrás de todo esto? Pedro Sánchez", dijo en alusión a los podemitas. Serrano no es una opinión cualquiera, sino una voz clave dentro del partido, que lideró el equipo negociador de Ferraz para la investidura. Es decir, sabe en qué puntos programáticos se podría producir el encaje con sus rivales. Precisamente, la cabeza de lista del PSC, Meritxell Batet, aseguró que había más puntos en común con Podemos que con C's, y recientemente el secretario general ha empezado a tachar a los de Rivera –nuevamente– como la "derecha".

En este escenario, Sánchez tendrá mucho que decir la noche del 26-J si queda tercero y rebasado por los podemitas. Por un lado, aseguró que consultaría a las bases cualquier pacto. Por otro, existe la sensación en los círculos de confianza del secretario general que un acuerdo con Podemos dependerá en última instancia de su voluntad de dar el golpe en la mesa para salvar su puesto. Y es que hay quien cree que tiene siete vidas, y que en los momentos de su carrera en los que parecía que desfallecía, acababa sacando cabeza.