Sin ninguna sorpresa, Pedro Sánchez ha naufragado en el arranque del nuevo ciclo electoral. Extremadura ha celebrado este domingo elecciones autonómicas anticipadas, las primeras del próximo escenario político. El PSOE se ha hundido y ha pasado de los 28 a los 18 diputados. El PP de María Guardiola ha ganado, pero su desafío no ha funcionado como esperaba. La actual presidenta autonómica anticipó elecciones después de que Vox no le aprobara los presupuestos, con la intención de deshacerse de la formación de extrema derecha, crecer y ser menos dependiente de ella. Pero quien ha demostrado estar en auge ha sido la formación ultraderechista. Los populares solo han crecido un diputado (han pasado de 28 a 29) mientras el partido de Santiago Abascal ha conseguido más del doble de los escaños que tiene actualmente en el parlamento extremeño, y ha pasado de los 5 a los 11 representantes.

Hemiciclo Elecciones Extremadura ES
 

El resultado de este domingo en Extremadura tiene una clara lectura en clave estatal. Ha sido la primera cita del nuevo ciclo electoral y el PSOE ha sufrido una debacle en un momento de máxima debilidad; acorralado por los casos de presunta corrupción y los escándalos por acoso sexual dentro del partido y la Moncloa. Vox está subiendo a marchas forzadas y así lo han puesto de manifiesto los extremeños. Y el espacio situado a la izquierda del PSOE ha ido de la mano esta vez —Izquierda Unida, integrada actualmente en el Congreso de los Diputados dentro de Sumar, ha sumado fuerzas con Podemos— y a Unidas por Extremadura no le han ido mal las cosas: ha pasado de cuatro a siete diputados.

Este domingo ha sido el turno de los extremeños. Pero en los próximos meses deberán celebrarse elecciones en tres autonomías más. Primero les tocará a los aragoneses el ocho de febrero; después a los castellano-leoneses el 15 de marzo; y el andaluz Juanma Moreno tiene que convocar elecciones, como tarde, para este verano. Las encuestas también pronostican para estas tres comunidades que el PP es el partido favorito y que Vox está disparado. Y el presidente del Gobierno tiene que convocar elecciones generales, a muy estirar, para el verano de 2027. Los laboratorios demoscópicos coinciden en pronosticar un final de ciclo con una clara mayoría de PP y Vox, por mucho que el CIS del socialista José Félix Tezanos reme a contracorriente y proyecte en sus barómetros victorias abrumadoras de Pedro Sánchez a Alberto Núñez Feijóo.

Sánchez, que comparecerá este lunes a primera hora de la mañana —no se espera que repita la jugada de anticipar unas generales, sino que anuncie el nombramiento de la nueva portavoz del Gobierno—, decidió mantener a Miguel Ángel Gallardo como candidato del PSOE en Extremadura. El vínculo entre Sánchez y Gallardo va más allá de la política. Es también judicial por la vía familiar. El candidato socialista está imputado en el caso de David Sánchez, el hermano del jefe del ejecutivo. Este domingo no ha presentado su dimisión y se ha remitido a una reunión de la ejecutiva regional de su partido este lunes de urgencia. En declaraciones a los periodistas tras haber caído a plomo, ha enmarcado la baja participación de estos comicios (62%) a su proximidad a las vacaciones de Navidad.

 

Victoria agridulce del PP

Con la campaña electoral ya finalizada, el PP aspiraba a superar el 40% de los votos y los 30 escaños en un hemiciclo donde la mayoría absoluta se alcanza a partir de los 33 representantes. Anhelaba, a pesar de que ya se daba por hecho un auge de Vox, depender menos de los ultraderechistas y que la formación de extrema derecha solo tuviera que abstenerse en algunas votaciones en esta autonomía. El partido de Abascal, sin embargo, sale más que reforzado y la victoria de Guardiola es agridulce porque solo ha conseguido un escaño más.

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Videollamada este domingo entre Guardiola, Feijóo y Azcón, el presidente popular de Aragón y candidato a la reelección / Foto: PP

Fuentes de Génova 13 manifestaban que ampliar la diferencia entre PP y PSOE a más de diez puntos sería un éxito rotundo —algo que sí han conseguido— porque eso se traduciría en un “castigo” de los electores de Extremadura hacia Pedro Sánchez. Porque, a su parecer, esta derrota es del presidente del Gobierno, no del socialista extremeño Miguel Ángel Gallardo. Los socialistas han conseguido este domingo su peor resultado histórico en Extremadura

Descalabro del PSOE en plena crisis por la corrupción y los acosos sexuales

El PSOE ha sufrido este domingo una nueva derrota, porque Extremadura ha consolidado su giro a la derecha. En las elecciones autonómicas de hace un par de años, este bloque ganó por la mínima. De hecho, los socialistas del ya fallecido Guillermo Fernández Vara llegaron a ganar los comicios por 7.000 votos de diferencia. Se trata de un feudo históricamente socialista que, al igual que Andalucía, ahora se encuentra claramente en manos de los populares. “Esto es como si el PP perdiera en Murcia o Galicia”, señalaban eufóricos los populares desde su sede en Madrid este domingo. “Si no aguantan en Extremadura, ¿dónde lo harán?”, se preguntan poniendo la vista ya en el nuevo ciclo electoral que acaba de abrir Extremadura; con la mirada plenamente fijada en las próximas elecciones generales, que como muy tarde deben celebrarse en verano de 2027.