Podía parecer que Pedro Sánchez había pasado un otoño más plácido que la primavera; una estación que estuvo marcada por el demoledor informe de la Guardia Civil que tumbó a Santos Cerdán y que confirmó que José Luis Ábalos no había sido la única mala compañía con la que el presidente del Gobierno había decidido rodearse. Pero ha sido un espejismo. El máximo líder socialista acaba de pasar una semana horribilis. La mejor de las noticias ha sido poder haber cumplido acuerdos pendientes con Junts en el Congreso de los Diputados y haber aumentado el sueldo de los funcionarios. Le han tumbado nuevamente la senda de déficit y este no ha sido ni de lejos su gran quebradero de cabeza: día tras día han aparecido nuevos casos de presunto acoso sexual dentro del PSOE, mientras la UCO lo ha ahogado aún más con las detenciones de más personajes en las tramas de supuesta corrupción de su partido.
El miércoles la Guardia Civil detenía a Leire Díez, la exmilitante del PSOE conocida como fontanera bajo las órdenes de Santos Cerdán. Conocida por haber maniobrado contra la UCO, ahora la Audiencia Nacional la investiga por una nueva causa sobre presuntas irregularidades en contrataciones públicas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). De hecho, en esta misma operación también se detenía a su expresidente, Vicente Fernández, que también trabajó durante un par de años en Servinabar, la empresa vinculada al caso del exsecretario de Organización de los socialistas. Y el tercer detenido era precisamente Antxon Alonso, socio de esta compañía. Los tres ya han sido liberados, con retirada de pasaporte. Dentro de esta misma operación, la Guardia Civil investiga contratos en Correos y distintos organismos dependientes de los Ministerios de Hacienda y Transición Ecológica.
Y, mientras tanto, aparece en los medios un goteo de casos de presunto acoso sexual en el PSOE; una de las peores crisis internas del partido de los últimos años, con señalados en la Moncloa, en Ferraz, en Galicia, el País Valencià y Andalucía. Ha aparecido un grave problema para los socialistas, que hace tiempo que trabajan a fondo el voto femenino en un contexto de polarización que aleja a ciertas mujeres del PP por la pinza que hacen con Vox. Fuentes de la dirección de los populares, de hecho, celebran el nuevo escenario y opinan que “al PSOE le costará años volver a tener credibilidad para hablar de feminismo y corrupción”, cosa que admiten que a ellos mismos les ha pasado con esta última carpeta por culpa de la Gürtel. ¿Quién es quién en todos estos escándalos que ahogan a Sánchez en una nueva olla a presión?
José Luis Ábalos, Koldo García y Víctor de Aldama
José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, fue hombre de máxima confianza de Pedro Sánchez; su escudero. Actualmente encarcelado preventivamente en Soto del Real, el Tribunal Supremo ha decidido enviarle a él, a su exasesor Koldo García y al empresario Víctor de Aldama a juicio. Se les acusa de los delitos de integración en organización criminal, cohecho, aprovechamiento de información privilegiada, tráfico de influencias, malversación de fondos públicos, falsedad documental y prevaricación por el caso de compra de mascarillas durante la pandemia de la covid-19.
Aldama fue el empresario que, según la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, actuó como “nexo corruptor” entre el Ministerio de Transportes y la trama Koldo. Está investigado por otro caso, el de los hidrocarburos. Y esta semana se ha hecho público un nuevo informe de la UCO en el que se sostiene que esta trama de corrupción pagó a Ábalos un chalé de medio millón de euros.
Santos Cerdán
Quien también está siendo investigado en este caso Koldo es Santos Cerdán, el hombre en quien Sánchez también confió y a quien entregó la poderosísima secretaría de Organización del PSOE tras cesar a Ábalos. El ex número tres de los socialistas también fue encarcelado preventivamente en Soto del Real, pero ahora se encuentra en libertad condicional porque el juez considera que ya no puede destruir las pruebas que lo incriminan. Se trata, también, del hombre que enlaza con el caso de Leire Díez.
Leire Díez
Conocida como la fontanera de Santos Cerdán, dejó de ser militante del PSOE el pasado mes de mayo, cuando se publicaron los audios en los que maniobraba para conseguir trapos sucios de la UCO, la unidad de la Guardia Civil que se encuentra tras las investigaciones judiciales en el entorno de Pedro Sánchez. Este miércoles volvió a ser noticia por un nuevo caso. Fue detenida por orden de la Audiencia Nacional. Se la investiga por una causa sobre presuntas irregularidades en contrataciones públicas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
Vicente Fernández
Aquel mismo día también se detuvo al expresidente de la SEPI; se trata de la misma operación, que está bajo secreto. Aparte de haber trabajado durante un par de años en Servinabar, la empresa vinculada al caso Cerdán, Vicente Fernández fue una persona de confianza de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La número dos del PSOE se desmarca ahora de él y asegura que nunca tuvo conocimiento de sus actividades presuntamente delictivas.
Antxon Alonso
Empresario vasco y socio de Santos Cerdán. Es propietario de Servinabar, y también ha sido detenido por la Guardia Civil esta semana en la misma operación. Al igual que a los otros dos detenidos, se le investiga por malversación, prevaricación, tráfico de influencias y organización criminal. Antxon Alonso también está investigado por el Tribunal Supremo en la pieza del caso Koldo relativa a la presunta trama sobre adjudicaciones irregulares de obra pública. A pesar de que Sánchez y Arnaldo Otegi lo han negado, se ha publicado en algunos medios que este empresario medió para que se produjera una reunión en 2018 entre el líder socialista y el jefe de filas abertzales.
Plus Ultra
El otro quebradero de cabeza tiene que ver con la aerolínea Plus Ultra. La policía española ha detenido esta semana a su propietario, Julio Martínez, y al director ejecutivo, Roberto Roselli. Se les investiga por presunto blanqueo de capitales. El juzgado que instruye y dirige esta operación investigó el rescate de 53 millones de euros de la aerolínea con la implicación de la SEPI y del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE). El polémico rescate se aprobó en marzo de 2021, en plena pandemia durante el Gobierno de Sánchez.
Paco Salazar, Antonio Hernández y Javier Izquierdo, chaparrón de acusaciones por acoso sexual
El primer capítulo de este escándalo sobre acosos sexuales se produjo el pasado mes de julio, cuando Paco Salazar tuvo que renunciar a sus cargos dentro del partido y también como asesor en la Moncloa por denuncias de trabajadoras publicadas en eldiario.es. Pero el caso ha vuelto a ser noticia este diciembre, cuando se publicó que las denuncias de víctimas anónimas habían desaparecido del sistema informático del PSOE.
Antonio Hernández, ex mano derecha de Salazar, también ha sido cesado de sus cargos dentro de la Moncloa después de haber sido denunciado por presunto encubrimiento del acoso de su compañero. Y también ha dimitido Javier Izquierdo, miembro de la dirección del PSOE señalado por acoso. Sobre este último, en una rueda de prensa este viernes, la nueva secretaria de Organización, Rebeca Torró, señaló que no se ha presentado ninguna denuncia contra él, pero destacó que su renuncia se produjo cuando aparecían en los medios de comunicación denuncias por acoso sexual. "Podría haber sido más claro", lamentó.
Escándalos también en Galicia, País Valencià y Andalucía
En Galicia, la secretaria de Igualdad del PSOE, Silvia Fraga, ha dimitido de su cargo después de otro escándalo del mismo tipo dentro del partido: José Tomé dimitió como presidente de la Diputación de Lugo tras ser acusado de acoso sexual. En el País Valencià, Toni González ha dimitido como alcalde de Almussafes tras recibir acusaciones del mismo tipo. Y en Andalucía, el alcalde socialista de Belalcázar, Francisco Luis Fernández Rodríguez, también ha dimitido tras publicarse mensajes de WhatsApp a una subordinada en los que le pedía insistentemente que le dejara practicarle sexo oral.