La señal más clara de que un púgil está grogui, a punto de ser noqueado, es que no puede mantener las manos levantadas a la altura de la cara. Es el estado en que las portadas de hoy dejan al gobierno español. Se tiene en pie por un pelo tras la paliza que recibe hoy tanto de los diarios de estilo más pegador (El Mundo, La Razón...), como de los que practican un boxeo más técnico (La Vanguardia, El País...). Sólo se ahorra los golpes de ABC, un día más a por uvas en su fantasía monárquica, y de El Punt Avui y El Periódico, que pegan con puños blandos.
Es significativo que Sánchez haya perdido incluso a La Vanguardia y a El País, diarios que hasta ahora,aunque sea de mala gana, han hecho la sillita de la reina al Gobierno.
No hay rincón de la gestión de la pandemia donde a Pedro Sánchez no le zurren. La Vanguardia y El País hacen de altavoz de la "inquietud" y "alarma" del dinero, y de las críticas al "rodillo" gubernamental de autonomías y partidos, incluidos los que votaron la investidura. El Mundo da preferencia a la desesperación de pymes y autónomos. La Razón hace hablar a los juristas, inquietos por los desperfectos causados por el estado de alarma a los derechos y libertades de la gente. Ara, más genérico, se hace eco del desconcierto general ante el montón de incógnitas sin resolver. Todos son víctimas.
Es una carnicería despiadada en primera página. El gobierno de coalición PSOE-Podemos tuvo ayer oportunidad de explicarse en la sesión de control del Congreso. Ni uno de sus argumentos hace mella en las portadas, ni siquiera la canción del "entramos juntos y saldremos juntos" que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, entonó ayer en la cámara y que tan buen servicio prestó a la hora de declarar el estado de alarma y arrebatar competencias a las comunidades autónomas y sus parlamentos.
Una unanimidad tan grande entre diarios de líneas editoriales tan diferentes y sensibilidades tan diversas no es garantía de nada, pero es señal y queja de que se gobierna contra todo y todos. Quizás las portadas de hoy son flor de un día y el púgil Sánchez puede recuperarse. Quizás sólo son el preludio de asaltos aun más duros. Veremos.
