Las campañas electorales de Junts no consiguen desprenderse de un cierto aire de gincanas políticas. Tres años después del 21-D en que JxCat saltó a escena, sus líderes más emblemáticos continúan en el exilio y en la prisión; Junts ya es un partido, pero este 14-F no tiene derechos electorales, no tiene acceso a las subvenciones y ha visto limitada su presencia en medios y espacio público; su presidenciable, Laura Borràs, ha emprendido la carrera en las urnas cargando con la mochila de una causa abierta en el Tribunal Supremo tras la acusación de fraccionamiento de contratos; y el que habría podido ser uno de sus reclamos electorales, el último president inhabilitado, Quim Torra, ha decidido asumir perfil institucional y evitar las apariciones públicas, para dar ejemplo de las restricciones de movilidad a raíz de la Covid.

A pesar de todo, esta vez Junts ha podido aprovechar la experiencia de los mítines y las reuniones por videoconferencia acumuladas desde el 2017 para una campaña en que las distancias se han convertido en obligación para todos. Ha optado por un formato muy televisivo, ha fichado a una empresa de comunicación que no se dedica a campañas políticas, ha contado con la colaboración de expertos en vídeo y guionización, ha experimentado con múltiples conexiones a través del móvil en pantallas gigantes y ha incorporado vídeos con fuerte carga emotiva.

Waterloo

También Waterloo se ha preparado para esta campaña. En la casa de la rue de l'Avocat se ha montado esta vez un plató insonorizado y equipado para poder intervenir sin problemas y con calidad técnica en los actos. Puigdemont, liberado de la condición de presidenciable, ha asumido el discurso más efectivo, más de cuerpo a cuerpo con ERC, en una estrategia similar a la que ha aplicado Esquerra con Oriol Junqueras. Con todo, el protagonismo del acto se ha dejado en manos de Borràs, que es quien siempre cierra los mítines.

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Puigdemont desde el plató de televisión montado en Waterloo para intervenir en los actos / Casa de la República

Durante estas semanas, Borràs se ha dedicado a recorrer el territorio acompañada de su jefe de gabinete, Salvador Esteve, y el candidato y persona de máxima confinaza Francesc Dalmases. Otro de los candidatos, Rai López, se ha encargado de llevar la furgoneta en que viajan. La candidata ha buscado, tanto como le han permitido las restricciones por la pandemia, el contacto con la gente por el territorio y la furgoneta en que se traslada se ha convertido en un despacho donde con los días incluso se ha tenido que incorporar una impresora.

Torra ha protagonizado un solo acto electoral con Laura Borràs, con quien mantiene una estrecha amistad desde que compartieron despacho en el Parlament. Fue este domingo en Granollers. Allí evocó el caso abierto en el Supremo contra ella para denunciar la falta de "unidad anti-represiva" de las fuerzas independentistas en este tema. El sábado, Borràs había pasado la noche en casa de la familia Torra en Santa Coloma de Farners, desde donde compartieron una charla en directo por Instagram. No obstante, Torra no ha vuelto a aparecer en campaña. Tampoco se le ha dado especial protagonismo en los discursos, excepto en las intervenciones de Borràs.

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Borràs, con Salvador Esteve y Francesc de Dalmases, entrando en un acto de campaña / Julio Díaz

Lledoners

En cambio, la intervención de presos y exiliados sigue siendo el factor más impactante. Lo es por la intensidad y la contundencia de las intervenciones de Josep Rull, Jordi Turull i Jordi Sànchez; por su marcha siempre antes de hora de los mítines para poder llegar a la hora a la cárcel de Lledoners; pero también por momentos más personales que han protagonizado, como la emoción de Lluís Puig en el mitin de Terrassa o la voz rota de Sànchez en Girona saludando desde el escenario a la esposa de Puigdemont, Marcela Topor, presente entre el público. También ha habido anécdotas como el mitin en Tortosa, al cual Rull tuvo que conectarse desde el coche, parado en un peaje

 

Los presos, más allá de la campaña, intentan con el tercer grado recuperar su vida personal y laboral en el exterior. Entre semana salen a las 7 de la mañana de Lledoners y vuelven a entrar, todos juntos, por la noche. No se puede llegar tarde. Un retraso injustificado puede poner en riesgo el tercer grado. Además, tienen que contar con las restricciones por el coronavirus. Un control de los Mossos paró a Turull en Castellgalí volviendo a la prisión después de participar en un acto. No lo reconocieron con la mascarilla, y le pidieron explicaciones cuando argumentó que iba al centro penitenciario. Hasta que no enseñó el justificante no se dieron cuenta de quién era. No fue el único control con que se ha encontrado. También le paró la Guardia Civil en Cercs el primer sábado de campaña cuando se dirigía a la Seu d'Urgell. Le preguntaron dónde iba y le obligaron a abrir el maletero. Si los agentes le reconocieron, no se lo hicieron saber.

Acto campaña Jxcat Laura Borras elecciones 14 -f / Jxcat

Las reuniones telemáticas son ya la forma habitual de trabajo de JxCat / Julio Díaz

El discurso de campaña

El discurso de campaña de JxCat se debate y decide en la reunión del comité político que se convoca diariamente, de 8 a 9 de la mañana, y de manera telemática. Forman parte de este núcleo duro de la campaña Puigdemont, Sànchez y Borràs, además de la vicepresidenta del partido y portavoz, Elsa Artadi y el presidente del grupo parlamentario, Albert Batet. A lo largo de los días se han ido incorporando consellers y responsables del partido en función de la agenda del día.

La campaña de Junts se ha basado en reivindicarse como "el único voto útil" que garantice "un gobierno netamente independentista" y en apuntar el riesgo de que haya un tripartito en caso de que ERC, PSC y comunes puedan sumar. A partir del primer debate de televisión, en TVE, se añadió además el argumento de que Borràs se había convertido en el objetivo a abatir en esta campaña. "Todos juntos contra Junts", sintetizó Puigdemont.

La retirada de carteles de Borràs por parte de funcionarios del Ayuntamiento de Barcelona sirvió a esta candidatura para poner el acento en las limitaciones que les ha representado el no disponer de derechos electorales, que a raíz de la ruptura con el PDeCAT han quedado en manos de la formación de Àngels Chacón. Junts ha compensado esta dificultad recurriendo a métodos mucho más tradicionales, como una flota de furgonetas que ha recorrido el territorio.

Borrell i Lavrov

La campaña ha contado, además, con apoyos inesperados, como la irrupción del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y el jefe de la diplomacia rusa, Sergéi Lavrov. En una rueda de prensa que protagonizaron el viernes de la semana pasada, Lavrov echó en cara a Borrell que pidiera la liberación del líder opositor Alexéi Navalni cuando la EU ha vivido episodios de excesos policiales y en España hay presos políticos.

Borrell tuvo que dar explicaciones este martes ante el Parlamento Europeo. En medio de la lluvia general de críticas, se escucharon algunas peticiones de dimisión del responsable de exteriores de la UE, entre las cuales la de Puigdemont. Borrell no tuvo otro remedio que referirse a los presos políticos ante el pleno. Todo ello ha servido a Puigdemont para reivindicar la estrategia del exilio y la voluntad de plantar cara. A partir de aquel momento, Borrell ha aparecido en todos los mítines del cabeza de lista de Junts.

 

En la imagen principal, Laura Borràs tras las cámeras en el acto de apertura de campaña desde un plató de Sant Just Desvern / Julio Díaz