Un destacado miembro de Sumar señalaba hace unas semanas por los pasillos del Congreso que cuando negociaban con el PSOE un acuerdo para reeditar un gobierno de coalición, los socialistas les ponían a Junts y PNV como excusa para no izquierdizar demasiado según qué pactos. Dibujaba así uno de los miedos que tienen los socios de ejecutivo de Pedro Sánchez de cara a esta legislatura: que haya dos formaciones que permitan al PSOE no tener que arrastrarse tanto a los planteamientos de aquellos que se sitúan a la izquierda de los socialistas, e incluso derechizar algunas políticas.

Junts per Catalunya y el PNV conforman una pinza euskalcatalana como la de Esquerra Republicana y Bildu. Con una diferencia: no se sitúan en el mismo punto en el eje izquierda-derecha del tablero político. En Madrid, las formaciones de Gabriel Rufián y Mertxe Aizpurua han ido de la mano estos últimos años, se presentaron de forma conjunta en el Senado en las pasadas elecciones, y Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi quieren que vuelva a pasar lo mismo en las elecciones europeas. "Nos parecemos muy ideológicamente y nos ponemos de acuerdo en prácticamente todo", argumentan desde de ERC.

Y apuntan lo mismo desde Junts sobre su relación con el PNV: "Nuestras relaciones se han reforzado de cara a la nueva legislatura y hay muchos temas en los que coincidimos". Eso se puso de manifiesto el pasado mes de septiembre, cuando el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Andoni Ortuzar, se reunió con el president de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont, en Waterloo. La foto, además, sirvió para sentenciar las esperanzas de Alberto Núñez Feijóo, que había reconocido sus intenciones de adherir al PNV en la misma ecuación que PP y Vox.

Una fotografía similar se repitió dos meses después en Sabin Extxea —la sede jeltzale en Bilbao—, señal de que Junts y PNV encauzaban su coordinación para condicionar la legislatura a Pedro Sánchez. El secretario general de Junts, Jordi Turull, y el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Andoni Ortuzar, constataron la "voluntad mutua" de "colaborar" en Madrid, señalando que la aritmética del Congreso resultante de las elecciones del 23-J así lo requiere. Aquella foto, sin embargo, escenificaba el nacimiento de esta pinza en la capital española, en tanto que la de ERC-Bildu ya hace años que funciona. Habrá que ver en los próximos meses cómo trabaja el engranaje Nogueras-Esteban.

Un gran punto en común: el eje nacional y antirrepresivo

Desde el equipo de Gabriel Rufián aseguran a este periódico que tienen claro que en esta legislatura tendrán que ir "mucho más 'partido a partido' que en los últimos años", en referencia a cada una de las leyes que se tendrán que pactar. Será así si se tiene en cuenta que, también en ElNacional.cat, un diputado de Junts en el Congreso señala que ellos no tienen "el problema de ERC" de tener que aceptar según qué política social por el mero hecho de ser de izquierdas, y que los juntaires tienen más facilidad para amenazar con tumbar algunos proyectos de ley.

En Esquerra Republicana destacan que hay una cosa que puede facilitar llegar a consensos con Junts per Catalunya: los dos son independentistas. Señalan que será complicado que haya desacuerdos entre ERC, Bildu, Junts y PNV si se trata de aspectos económicos que vayan en favor de Catalunya y/o Euskadi. La coincidencia en "el eje nacional y anti-represivo", añaden, es siempre un punto a tener en cuenta.

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Aitor Esteban y Gabriel Rufián, en una imagen de archivo / Foto: Europa Press

ERC y Bildu también flirtean con Podemos, Sumar y BNG

Quien ha demostrado tener siempre una buena relación personal con Irene Montero es Gabriel Rufián. Va más allá de eso. La semana pasada, el líder filas republicanas en Madrid admitía que "le encantaría" tener alguna colaboración con Podemos en las elecciones europeas, sin más concreción. Señalaba también en aquella entrevista en El País que en esta legislatura habría "dos ejes"; uno de Junts y PNV, y otro "más de izquierdas" en que incluía a ERC, Bildu y también Sumar, Podemos y BNG. Las mismas fuentes de ERC consultadas por este medio remarcan la necesidad de tener con Sumar la misma sintonía que han tenido hasta entonces con Podemos, en tanto que el partido de Yolanda Díaz es quien actúa ahora como socio del Gobierno.

Los intentos de Feijóo de acercar a PNV y Junts a su perímetro

Alberto Núñez Feijóo fracasó en su intención de sumar a Junts y PNV en su saco de votos favorables a su investidura. Pero eso no ha hecho que el líder popular haya tirado la toalla y cesado las intenciones de acercar las formaciones de Míriam Nogueras y Aitor Esteban a su perímetro. Este jueves, el líder popular se abría a pactos "económicos" con ambas formaciones. "Yo estoy a solo cuatro votos" de aprobar en el Congreso de los Diputados proposiciones de ley, recordaba el jefe de la oposición.

"En la ley de vivienda no todo el mundo está de acuerdo", justificaba en Antena 3. Y es cierto: en el último tramo de la pasada legislatura Junts, PNV (y PDeCAT) protagonizaron una foto conjunta en la que votaron en contra de esta norma, argumentando entonces que la razón era la invasión de competencias. La ley salió adelante a causa de los votos favorables de una mayoría que entonces se conformaba con PSOE, Podemos, ERC, Bildu, Más País y Compromís.

Y no hace falta ir tan lejos: el mismo Carles Puigdemont amenazó a finales de noviembre con que "si no hay suficientes avances" por parte del PSOE, Junts puede entregar sus votos al PP en el Congreso, incluso abriendo la puerta a una moción de censura. "Podríamos votar con el PP para derribar el presupuesto o por una resolución sobre Israel, donde nuestra posición en realidad está más alineada", manifestaba en una conversación informal con el líder del PP en Europa, Manfred Weber.