El ministerio de Exteriores, que encabeza José Manuel Albares, está decidido a sacar adelante la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la Unión Europea. Es uno de los puntos clave del acuerdo que el PSOE cerró con Junts para garantizar la estabilidad del gobierno de Pedro Sánchez, y la Moncloa, asediada en estos momentos por el caso Santos Cerdán, necesita blindar tanto como sea posible los apoyos independentistas en el Congreso. En este contexto, según ha podido saber ElNacional.cat, Exteriores se ha apresurado a abordar este debate con Dinamarca, que acaba de asumir la presidencia rotatoria de la UE, y ha pedido que la propuesta entre en la próxima reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE, que está previsto que se celebre el 18 de julio en Bruselas.
Albares ya ha abordado este tema con su homólogo danés, Lars Lokke Rasmussen, según fuentes de Exteriores consultadas por este diario, y también lo habrían hecho los secretarios de Estado de la UE de los dos países. La conclusión es que el ministerio ha vuelto a pedir que la oficialidad del catalán entre al orden del día de la próxima reunión para adoptar decisión.
Reunión del 27 de mayo
España ya lo pidió el pasado 27 de mayo, pero la presidencia polaca optó por mantener abierto más tiempo el debate sobre este tema después de que diferentes países expresaron reticencias que impedían garantizar la imprescindible unanimidad para hacer prosperar el acuerdo ante el Consejo de Asuntos Generales. En aquel momento se señaló la petición de una decena de países que habrían reclamado más tiempo, entre los cuales Finlandia, Croacia, Suecia y Austria, pero también las dudas expresadas por los representantes de Italia, Alemania, Francia, Estonia, Letonia, Lituania y República Checa.
Las reticencias esenciales a la petición española giran en torno al compromiso de España de asumir el coste de esta medida de manera indefinida y sobre las dudas que plantea la posibilidad que un cambio de este tipo obligue a reformar los Tratados de la UE. Entre los países que sí apoyaron la propuesta está Dinamarca, que desde hoy asume la presidencia rotatoria, así como Eslovenia, Eslovaquia, Hungría, Bélgica y Portugal.
Irrenunciable e irreversible
Desde el día siguiente de aquella reunión, Exteriores insiste en que trabajan para resolver cualquier duda que puedan plantear los diferentes estados para desvanecer cualquier tipo de recelo que pueda suscitar el texto final que se lleve a adopción del Consejo. "La oficialidad de las lenguas españolas en la UE, que refleja nuestra identidad nacional plurilingüe, es una cuestión irrenunciable e irreversible para el gobierno de España que no desistirá en su objetivo hasta conseguir su reconocimiento", aseguran fuentes diplomáticas españolas.
Después del revés del mes de mayo, desde Exteriores se apuntó la voluntad de volver a intentarlo a la reunión del 24 de junio del Consejo de Asuntos Generales, que se celebró en Luxemburgo. Finalmente, ante las dificultades para conseguir el consenso, la representación española desistió. La del 18 de julio será la próxima oportunidad para intentarlo de nuevo, y el Ministerio está decidido en qué, esta vez sí, la propuesta salga adelante.