El catalán, el gallego y el euskera tendrán que seguir esperando. Después de que el pasado 27 de mayo se pospusiera nuevamente la votación para otorgarles el estatus de lengua oficial ante la falta de unanimidad entre los 27 miembros en la reunión del Consejo de Asuntos Generales, el ejecutivo de Pedro Sánchez tenía una nueva oportunidad de llevar la cuestión a la reunión prevista para el próximo 24 de junio en Luxemburgo. Pero, de momento, la cuestión de la oficialidad de estas lenguas cooficiales españolas no figura en la agenda provisional que este miércoles pactaron los embajadores de los 27 representantes europeos en Bruselas. La razón es que el Gobierno de momento renuncia a volver a plantear la votación en la próxima reunión, que será la última de la presidencia polaca, dado que no ha tenido bastante tiempo por convencer a la decena de países que todavía tienen dudas y son reticentes a aprobar la propuesta.

Tiempo para pedirlo hasta el domingo

Polonia, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europa hasta el 30 de junio, está abierta a volver a llevar la oficialidad de las lenguas cooficiales españolas a debate, y España todavía tendría tiempo de pedir incluirlo en la agenda, pero las dudas de países como Alemania, Italia, Finlandia, Croacia, Suecia y Austria todavía persisten. Según han confirmado varias fuentes a RAC1, el Gobierno de momento renuncia a volver a plantear la votación y el objetivo es no presentarla hasta tener ligada y garantizada la unanimidad que hace falta para sacar adelante la propuesta. Un mes era poco tiempo para convencer a estos países reticentes a votar a favor de la propuesta, afirman. El ejecutivo de Sánchez tendría hasta el domingo para cambiar de opinión, pero de hacerlo, se podría repetir la situación que se dio el pasado 27 de mayo. Fuentes del Gobierno aseguran que las conversaciones continúan por intentar convencer a aquellos países que todavía son reticentes. Algunos son técnicos y requieren informes para resolver dudas jurídicas y financieras y, otros, por presiones o no, necesitan más tiempo para decidirse.

Asignatura pendiente con Junts

Así, el Gobierno seguirá teniendo la asignatura pendiente de la oficialidad del catalán en Europa, uno de los acuerdos que pactó con Junts per Catalunya para dar apoyo a su investidura. Desde el ministerio de exteriores que dirige José Manuel Albares aseguran que seguirán trabajando para conseguir este objetivo cuanto antes mejor, pero necesitan más tiempo. A partir de julio, Dinamarca ostentará la presidencia del Consejo de la UE, relevando a Polonia en el turno rotatorio semestral. Un escenario propicio para los intereses españoles, dado que el gobierno danés está gobernado por la primera ministra, Mette Frederiksen, del Partido Socialdemócrata, afín a Pedro Sánchez.

Siguiente oportunidad, 18 de julio

En caso de que el Gobierno pueda acelerar las negociaciones con los países que todavía tienen dudas y consiga un consenso, todavía podría llevar la propuesta a la reunión prevista para el 18 de julio en Bruselas, en la última reunión de ministros europeos antes del parón comunitario del verano. Pero Sánchez todavía tiene el problema interno del boicot a la oficialidad del catalán que está haciendo el PP, y que implícitamente reconoció a Alberto Núñez Feijóo el domingo pasado en Castelldefels, cuando cargó contra el independentismo y admitió que “no permitiremos que los que prohíben la libertad lingüística en Catalunya la pidan en Europa”. El líder del principal partido de la oposición criticó que “quien no defiende la igualdad entre catalán y español en Catalunya, no puede hacerlo en Europa”.

Durante la sesión de control en el Parlament de este miércoles, el presidente Salvador Illa reclamó al PP que deje de boicotear la oficialidad del catalán en Europa, interpelando directamente a Alejandro Fernández. “Estoy abierto a toda colaboración en este asunto y aprovecho para pedirle colaboración. Le pido que haga dos llamadas, una al señor Feijóo y la otra a la señora Dolors Montserrat, para pedirles que defiendan que el catalán sea oficial en Europa y que dejen de obstaculizarlo”.