Ni el encarcelamiento de Oriol Junqueras, ni el exilio de Marta Rovira les han apartado de la torre de control de Esquerra Republicana, pero obviamente sí que les han dificultado el trabajo de presidente y secretaria general de la organización. El indulto que el gobierno de Pedro Sánchez tiene que aprobar en los próximos días permitirá que el presidente de ERC recupere el liderazgo del partido sin corsés. La condonación de la pena coincidirá con el reciente desembarco de los cuadros republicanos en el Palau de la Generalitat. Este sábado, durante la celebración del Consejo Nacional, la formación oficializará una sacudida profunda, comandada por el tándem Junqueras-Rovira con la mirada puesta ya en la próxima cita con las urnas, que si no hay sorpresas no será hasta las municipales de 2023. Unas elecciones que ERC sitúa como determinantes para seguir recabando apoyos para la independencia, en su renovada estrategia pragmática alejada de la unilateralidad

Con la llegada a la presidencia del Govern y la profunda renovación de caras en las conselleries, destacados dirigentes del partido han dado el salto al ejecutivo. Personas como Sergi Sabrià y el mismo president Pere Aragonès, que tuvieron que asumir las riendas de ERC de forma precipitada y forzosa en otoño de 2017, cambian de posición y devuelven el poder absoluto a los líderes originales.

Nunca, más de un sombrero

Como ya explicamos a ElNacional.cat, la voluntad de los republicanos es segregar los cargos institucionales de los orgánicos, reflejándose en la manera de hacer del PNV. Los dirigentes nacionalistas vascos nunca han tenido más de un sombrero. O gobierno, o partido. Un modelo que a partir de ahora copiará Esquerra Republicana. El único que conservará un pie en cada lado es Aragonès, que seguirá siendo el coordinador nacional de la organización. Ahora bien, lo será con una dedicación mucho más discreta que hasta ahora, porque la prioridad será la agenda de presidente. El control del partido lo tendrán Junqueras y Rovira. Y el renovado ejército de dirigentes de los cuales se rodean en la cúpula. Marta Vilalta continuará como pieza clave y seguirá siendo la voz de los republicanos de puertas afuera.

Lladó, nuevo hombre fuerte

Una vez nombrado director de la Oficina del President, Sergi Sabrià ha arrastrado el grueso de su equipo de comunicación al ejecutivo. Su puesto de vicesecretario general de Comunicación y Estrategia lo ocupará a partir de hoy Oriol Lladó, dirigente de la máxima confianza de Junqueras y Rovira. Se trata de una posición primordial, que se encarga de construir el discurso del resto a cuadros del partido y de trazar la estrategia de las campañas electorales, además de la relación con los medios de comunicación. Lladó es un veterano de la política municipal. Además de concejal, ha sido presidente de ERC en Badalona y candidato a la alcaldía el año 2015. Ahora hace un par de meses presentó su renuncia al acta por discrepancias con la dirección local del partido en relación a la coalición con Guanyem Badalona, la formación de Dolors Sabater.

Lladó, que en el mandato anterior formó parte del gobierno municipal como teniente de alcaldía de Sabater, promovió la coalición de ERC y Guanyem de cara a las elecciones municipales del 2019. La fórmula no fue suficiente para desbancar a Albiol y que Sabater volviera a recuperar la vara de alcaldesa. Un mes después de las elecciones, la dirección de ERC Badalona -que a diferencia de la ejecutiva nacional nunca vio con buenos ojos la alianza con Guanyem- deshizo la coalición y se estableció como grupo propio al margen de los anticapitalistas. Una ruptura a la cual se opuso Lladó.

El exjefe de campaña de Benedito, el nuevo dircom

De la mano de Sabrià se ha marchado a Palau Carles A. Foguet, que ha cambiado la dirección de comunicación del partido por la del Govern. Quien desde ahora lidera el equipo de comunicación de los republicanos es el menorquín Tolo Moya, director de Comunicación y Marketing a la Blanquerna y que entre otros fue el responsable de la campaña online de Agustí Benedito como candidato a la presidencia del Barça.

Vergés i Homrani, del gobierno al partido

Otra de las incorporaciones destacadas es la de Alba Vergés, que esta semana ha sido escogida vicepresidenta del Parlament. La exconsellera pasará a ocuparse de la Vicesecretaría general de Partit Obert, una tarea que hasta ahora desarrollaba Isaac Peraire, un auténtico poder en la sombra dentro de ERC, propietario de la masía donde se gestó el acuerdo de gobierno entre ERC y Junts con Jordi Sànchez y Pere Aragonès que pasa a ser director de la Agencia Catalana de Residuos.

El partido recupera a una veterana, Anna Simó, para que sea la nueva secretaria de Educación, Cultura y Deportes, en sustitución de la actual consellera de Cultura, Natàlia Garriga. Aparte, se sitúa Chakir el Homrani, exconseller de Asuntos Sociales, al frente de la nueva Secretaría de Política de Trabajo.

Acción anti-represiva

ERC plantea las próximas municipales como una cita clave en el camino para sumar apoyos a la causa independentista. Con este objetivo se reordena el equipo que gestiona el territorio. Se crea una Secretaría de coordinación de política supramunicipal, que lideraría la ex diputada en el Congreso, Laia Cañigueral, otra de Política Municipal y proyectos transversales, a cargo de la exdelegada del Gobierno en la Catalunya central, Alba Camps. La Secretaría de Estrategia Municipal incorpora la gestión de las grandes ciudades en la nueva Secretaría de Coordinación Municipal y Grandes Ciudades, que encabezará Oriol López, concejal de Mollet del Vallès.

Con respecto a la sectorial de Economía, la liderará el concejal a lo Ayuntamiento de Barcelona Jordi Castellana y se incluye una Secretaría de Coordinación Estratégica Anti-Represiva "para hacer frente a la incesante represión del estado español". Lo ocupará Cristina Gómez, actual secretaria de Coordinación Municipal. Finalmente, la Secretaría de Transición Ecológica, en manos de Sílvia Casola, modifica el nombre para sumar el concepto de Vivienda, una prioridad en la acción política de los republicanos.

En la imagen principal, Junqueras y Rovira en un mitin del 14-F. / ACN