Las portadas madrileñas de hoy son desconcertantes. Las del miércoles tenían una épica más potente, con aquellos primeros planos de encapuchados quemando contenedores o policías en el claroscuro de las llamas. Hoy son flojas y apagadas. Curioso. Si lo que querían los diarios era relacionar el independentismo con la violencia, el terrorismo, la kale borroka y etcétera, disponían ayer de hechos y acompañamiento gráfico mucho más sensacionales y espectaculares que los del martes. En el mundo político de la capital de España pasa una cosa parecida. El martes, la Moncloa, en un comunicado, mentía hablando de "violencia generalizada". Ayer, una noche de más mambo, Pedro Sánchez salió a hablar de "serenidad y firmeza" ante "algunos incidentes violentos", bla, bla, bla. Es el mundo al revés.

Hoy, algunos diarios aprovechan para seguir su campañita contra el PSOE dando una patada a Sánchez en el culo de Torra, con un histerismo iracundo que mata el juicio y la memoria. Disturbios más graves que los de Barcelona se han visto bastantes en España en los últimos veinte años y aquí seguimos. Claro que los incidentes son desgraciados y desastrosos. Las exageraciones, sin embargo, tienen las patas cortas. Fíjate en la portada de ABC y su "Ataque secesionista al Estado", ilustrado con unas anodinas fotos de Sánchez recibiendo a Rivera y a Casado, y otra de Torra e Ibarretxe en una de las Marchas por la Libertad.

Muchas ausencias en portada

Una cosa parecida hacen El Mundo y La Razón, que repiten la foto pastoral del exlehendakari y el president, pasito a pasito, de excursión. La misma foto sirve a El Punt Avui para entregar un titular de aleluya. El día de ayer dejó incendios en medio de Barcelona, unos cuantos detenidos, el centro de la ciudad patas arriba, como muestra muy bien La Vanguardia. También dejó, además, varios atropellados por los furgones de la policía; un chico que ha perdido un testículo y dos más a quienes han saltado un ojo, los tres por bala de goma; gente que ha recibido porrazos sin sentido. También las pacíficas Marchas por la Libertad, donde había decenas de miles de personas más que en los disturbios. De todo eso no se dice ni mu. Qué confusión. Los psicólogos lo llaman disonancia cognitiva.

Otra portada curiosa es la de El Periódico. El titular ("Torra se ve obligado a condenar la violencia") tiene un nosequè de rabieta infantil. ¿Quién o qué le ha obligado? ¿Es que antes era partidario? Dejémoslo estar. Más bien parece que el diario rabia porque la ha condenado y no contaban con ello. Contradice su prejuicio, quizás. El presidente Torra, que no es perfecto, se merece mejores críticas que este juicio de intenciones tan pobre.

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