Junts todavía no ha celebrado su primer aniversario desde que se constituyó como partido y ya acumula indicios suficientes para armar una crisis que apunta directament al secretario general. El rumor de descontento entre algunos dirigentes que se escucha desde hace días en la discreta sede que la formación ocupa en el Eixample de Barcelona ha desembocado hoy en una iniciativa, sin reivindicación conocida, para descabezar el liderazgo de Jordi Sànchez.

Las razones del malestar interno son múltiples, se concentra en algunas de las caras más conocidas del partido, y se han ido acumulando como material altamente inflamable durante semanas. El detonante final ha sido, sin embargo, la reflexión del secretario general sobre el 1-O. "Soy de los que creen que el 1 de Octubre fue concebido más para forzar el gobierno español a abrir una vía de diálogo y negociación para alcanzar un referéndum acordado que para proclamar efectivamente la independencia", escribió Sànchez en respuesta a un artículo previo del presidente de ERC, Oriol Junqueras.

Las protestas por estas palabras se dispararon directamente desde la dirección del partido. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, la vicepresidenta Elsa Artadi, la consellera de Recerca y Universitats, Gemma Geis... A sus pronunciamientos públicos, se sumaron a través de las redes, militantes de base para discrepar abiertamente. 

Dimisión de Sànchez

Este viernes la temperatura, sin embargo, ha subido unos grados más. Se ha puesto en marcha una recogida de firmas para pedir la dimisión inmediata de Sànchez o bien que someta su cargo a la votación de los afiliados. La razón es lo que describen como "inadmisibles declaraciones" del secretario general. "Sus declaraciones son un insulto de cara al pueblo que ejerció su derecho al voto arriesgando sus vidas, un insulto para los exiliados, tomados y represaliados y una falta de respeto para los afiliados", denuncia.

Nadie ha asumido la responsabilidad de la iniciativa, que ha revelado Europa Press, pero nadie duda a la hora de señalar muchos posibles padres y madres.

Descontento diverso

El hecho es que el descontento que se ha ido incubando contra Sànchez ha conseguido unir sectores que hasta ahora rivalizaban en el partido, desde dirigentes provenientes del PDeCAT hasta algunos nombres del ala considerada más dura.

La negociación del Govern, que en el último tramo Sànchez asumió en primera persona, encendió una buena parte del descontento. Por un lado los negociadores, entre los cuales figuraba Artadi, se molestaron al encontrarse desplazados y no ser informados sobre la evolución de las conversaciones con Pere Aragonès; pero también el acuerdo con ERC provocó un intenso debate en la ejecutiva del partido e hizo evidente la contrariedad provocada por cuestiones concretas, como la pérdida de la conselleria de Cultura que reprochó Borràs.

No obstante, el pacto se ratificó sin someterlo a votación y posteriormente recibió un amplio apoyo de las bases.

Consellers y cargos

A este episodio se añadió la irritación de dirigentes que se han visto apartados del nuevo Govern o sectores que no se consideran suficientemente representados. Los nombres que se han incorporado al ejecutivo en representación de Junts fueron decididos por Sánchez, en conversación con Carles Puigdemont y los presos de Lledoners. El gesto de Artadi de descartar entrar en el gabinete de Aragonès se leyó en esta clave de descontento en la dirección.

La pasada semana la tensión latente dentro del partido provocó un sorprendente pulso con la presidenta del Parlament para decidir el portavoz adjunto del grupo parlamentario que se acabó ventilando en una votación interna en que Josep Rius se impuso al candidato de Borràs, Francesc de Dalmases.

Puigdemont

Todo ha acabado convergiendo en la protesta interna que se ha impulsado en el partido ante la declaración sobre el 1-O.

El lunes los protagonistas de estos episodios se veran las caras en la ejecutiva del partido donde no se descarta abordar esta cuestión. Además, la previsión es que el mes de julio se celebre el primer consell nacional de Junts, después de que este órgano se ha acabado de constituir las últimas semanas. Mientras tanto, sin embargo, todas las miradas esperan algún movimiento del presidente del partido, Carles Puigdemont.

 

En la imagen principal, el secretario general del partido, Jordi Sànchez. / Sergi Alcàzar