Se intensifica el asedio del gobierno español hacia Catalunya. Después de que el Tribunal Constitucional haya suspendido las leyes de la desconexión, que la Fiscalía haya citado 712 alcaldes y haya ordenado a los Mossos que los detengan si no van, la Guardia Civil haya intentado cerrar la web del referéndum y Mariano Rajoy haya pedido que si a alguien lo citan para ir a las mesas electorales, que no vaya; ahora su ejecutivo, que tiene toda la intención de parar como sea el referéndum, pedirá al juez que corte la luz de los colegios electorales que el 1-O pongan las urnas y así impedir el acceso a los datos censales y el recuento de votos.

Así lo publica hoy El Mundo, que explica que para "evitar que se repita un 9-N, es decir, una farsa con apariencia de legalidad en ojos de la ciudadanía", el gobierno central tiene toda la intención ahora de "cortocircuitar la logística del referéndum".

Según el diario citado, los servicios de inteligencia estatales han desarrollado "un trabajo minucioso" en estas últimas semanas y alerta de que ya hace tiempo que se están preparando para actuar el 1-O y que "no se repita el espectáculo del 9-N", cuando los de Rajoy actuaron sobre la marcha.

Urnas fantasma

Pero eso no es todo. El Mundo afirma que, según una fuente del CNI, las 6.000 urnas de las cuales habló el president Carles Puigdemont al Financial Times "no "existen", pero admiten que el Govern sí que tiene alguna urna, "un número menor, todas procedentes del simulacro de consulta" del 2014.

Para intentar impedirlo de todas todas, los de Rajoy tienen claro que pueden aplicar nuevas medidas para que el 1-O no haya urnas. De hecho, ayer ya soltaron que pueden tramitar el artículo 155 de la Constitución española en sólo cinco días.

Ahora bien, las fuentes que cita el medio mencionado reconocen que podría ser que en algún punto de Catalunya hubiera urnas, pero aseguran que "será tan minoritario y precario que todo el mundo verá que eso no es un referéndum".

Aviso internacional

Los de Rajoy siguen ignorando los diferentes avisos internacionales para ceder con Catalunya. El último a alertarlos fue el Financial Times, que emplazaba al gobierno español a ofrecer un pacto fiscal "transparente" y "justo" para Catalunya, en lugar de seguir tratando la Constitución "como una tableta de piedra" y no como un documento que puede evolucionar y cambiar porque, de esta manera, "pasará el tiempo del sentido común".

También, el exdiputado del Scottish National Party (SNP) George Kerevan, cargó de lo lindo contra el gobierno español en una columna de opinión en The National escrita el Onze de Setembre y comparó la democracia del PP con el franquismo avisando los escocesos de que la España postfranquista "no es una democracia real" porque "la élite franquista ha creado una apariencia de democracia después de la muerte del dictador" y subraya que el sistema bancario español está en manos del PP, "el heredero político de los falangistas y franquistas".