¡Amnistía por Navidad! Los presos, a casa / Los exiliados, a casa / Los que viven en la clandestinidad, a casa / ¡Por Navidad, cada oveja a su corral!” Es la postal reivindicativa que el filósofo y activista Lluís Maria Xirinacs (Barcelona 1932-Ogassa, 2007) escribió hace medio siglo, y que sigue siendo muy actual. El 25 de diciembre de 1975, Xirinacs se plantó ante la cárcel Modelo de Barcelona para pedir la amnistía y las libertades civiles. Arrastró a representantes políticos y ciudadanos anónimos. Plantó su “despacho oficial de senador” en la calle Entença, frente al penal centenario, y estuvo allí 12 horas cada día durante un año y nueve meses, hasta que se aprobó la ley de amnistía de 1977. Se enfrentó a la represión del Estado español con desobediencia y sin ejercer violencia. La amnistía del 77 es ahora más abiertamente rechazada por entidades de derechos humanos, como Irídia, que reclaman que se derogue porque también perdonó a los verdugos de miles de republicanos y disidentes del franquismo, que califican de crímenes de lesa humanidad, que no prescriben, según los tratados internacionales.

Para conmemorar este 50º aniversario, el Memorial Democràtic, en colaboración con la Fundació Randa-Lluís M. Xirinacs, ha organizado la exposición “Xirinacs 1975. La força de la Noviolència” en una sala de la misma prisión Modelo, ahora llena de vida social y con voces de niños cuando salen de la escuela que ocupa una parte del equipamiento. Es un recuerdo de su figura y su compromiso con la paz, la libertad y la desobediencia civil. La muestra, que se podrá visitar hasta el 31 de enero de 2025, se enmarca en las actividades del 50º aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco y de la recuperación de los derechos y las libertades democráticas, organizadas por el Govern y entidades.

Exposició Xirinacs 1975. La força de la no violència / foto: Carlos Baglietto
La postal reivindicativa de Xirinacs, en la exposición de la Modelo. / Foto: Carlos Baglietto

El activismo antifranquista

En conversación con ElNacional.cat, el comisario de la exposición, el historiador Carlos Ordás,  detalla los compromisos de Xirinacs i su valor actual. La exposición, con fotografías y escritos —en paneles para hacer la muestra itinerante—, hace un repaso, comprimido y a la vez completo, de su evolución personal hacia una visión crítica y comprometida de la vida. Nacido en una familia conservadora, el sacerdocio y su desencanto, y una nueva plantada en plaza Sant Jaume reivindicando los Països Catalans, el año 2000, son algunos pasajes de la muestra.

“Xirinacs es el referente más conocido de la no violencia en Catalunya y la plantada en la Modelo del 75 es la más conocida y más famosa. Es la época de la Transición, donde hay una efervescencia de luchas, una parte para transformar y cambiar y la otra parte que se resiste. Está el movimiento político, el obrero, y el armado... En el caso de Xirinacs es esa voluntad de cambio intentando no usar medios violentos, e incluso estirar al máximo posible la legalidad vigente. Durante el franquismo no había derecho de reunión y plantarse delante de la Modelo más de cinco personas es vulnerar la ley. Lo que se hacía era reclamar derechos ejerciéndolos”, explica Ordás, que a la vez recuerda que Xirinacs era una figura “controvertida y no cómoda ni para una parte de la izquierda ni para una parte de la derecha”.

Exposició Xirinacs 1975. La força de la no violència / foto: Carlos Baglietto
Carlos Ordás, historiador y comisario de la exposición 'Xirinacs 1975. La fuerza de la no violencia' / Foto: Carlos Baglietto

En la exposición se ven algunas fotos de aquellas plantadas, donde al lado de Xirinacs hay jóvenes, mujeres y hombres anónimos, además de políticos y conocidos que lo iban a ver como un joven Jordi Pujol y su mujer, Marta Ferrusola.

“Cabe destacar que la no violencia si no tiene eco no sirve. Y Xirinacs empezó solo, pero consiguió congregar a mucha gente. Primero dos personas, Eulàlia Marimon y García-Farias, una chica de 18 años y un hombre mayor, y después un grupo más o menos fijo, que se autodenominaban los Captaires de la Pau. Después, de forma puntual, acudieron personas del ámbito cultural, político. Y también gente de la calle, gente normal y corriente. Desde las mujeres de una fábrica que la están cerrando hasta una demanda por una guardería. Y con la plantada encuentran una forma más fácil de hacer antifranquismo, y en algunos casos la reivindicación de los derechos nacionales de Catalunya, porque es difícil hacer antifranquismo cuando la represión es fuerte. Y para algunas mujeres poder salir de sus casas y estar un rato delante de la Modelo con Xirinacs y otra  gente, que sabes que son pacíficas, les permitía hacer este activismo antifranquista. La gente mayor todavía tenía el miedo en la piel de aquella represión. La dictadura muere matando.” Relata Ordás, que a la vez recuerda que Xirinacs no ocultaba que después de suslargas horas de protesta, al llegar a casa siempre tenía un plato en la mesa. Vicenta Alcover, siempre en un segundo plano, es la encargada de hacer las tareas domésticas para el activista.

Exposició Xirinacs 1975. La força de la no violència / foto: Carlos Baglietto
Una imagen de Xirinacs, acompañado de ciudadanos, en la plantada a la Model / Foto: Carlos Baglietto

La plantada  abre la puerta a la retrospectiva de la figura de Xirinacs. “Viene de una familia burguesa y conservadora, el padre es germanófilo durante la Segunda Guerra Mundial. Y ves cómo evoluciona y cómo hay elementos que forman parte de su pensamiento en su trayectoria vital, como el misticismo, la filosofía y el puente clave de la no-violencia y la desobediencia civil, las huelgas de hambre anteriores a la plantada. Era una persona desobediente, aunque al mismo tiempo muy estricta consigo misma”, asegura  el comisario de la muestra.

Exposició Xirinacs 1975. La força de la no violència / foto: Carlos Baglietto
Una imagen de la exposición, en una sala de la prisión Modelo / Foto: Carlos Baglietto

Semillas para el 1-O

“La figura de Xirinacs ha trascendido más allá y es reivindicado por algunos sectores porque es un referente de la no violencia y la desobediencia civil y toda su vida reivindicó los derechos nacionales de Cataluya”, añade Ordás.

En la exposición, hay una fotografia de agentes de la policía, con las porras alzadas, golpeando a Xirinacs y otros manifestantes sentados en el suelo, que hace rememorar a las vejaciones del 1-O de 2017 a los votantes de los centros de votación por parte de policías, también perdonados, en este caso por la ley de amnistía de 2024.

El historiador nos ilustra: “En la década de los años 70 se está expandiendo a saber qué es la desobediencia civil y cómo se hace esta resistencia pasiva. Esta foto, és muy conocida, es de Armengol, y cuando carga la policía, el grupo de los Captaires de la Pau, y Xirinacs también, se quedan allí, pero el resto de la gente sale corriendo. Ellos se quedan, asumiendo que la represión forma parte de la desobediencia. Después, este movimiento tiene un recorrido más largo, como el 15M o el Envolta el Parlament, y claro también llega el 1-O".

Sitúa la inspiración catalana en una experiencia viva de lo que está pasando en Francia, en la comunidad de El Arca, de Lanza del Vasto, discípulo cristiano de Gandhi. También con los contactos con el valenciano Pepe Beunza, el primer objetor en hacer el servicio militar en 1971, y el Casal de la Pau, nacido en 1972, con figuras clave como Arcadi Oliveras. “Continuamente hacían formación sobre lo que es la resistencia civil, la desobediencia.”

Exposició Xirinacs 1975. La força de la no violència / foto: Carlos Baglietto
La exposición 'Xirinacs 1975. La fuerza de la no violencia', en una sala a la entrada de la Modelo. / Foto: Carlos Baglietto

No ser esclavo de tres estados

La exposición también muestra un Xirinacs caminando en el bosque, una alegoría de su final escogido a los 75 años. Anticipándose a la ley de la eutanasia (en vigor en el Estado español en 2021), Xirinacs se dejó morir en un bosque en 2007. Lo relata el escritor Jordi Lara en la novela Sis nits d'agost, de la cual también hizo una película el director Ventura Durall, en 2022. Xirinacs salió el 6 de agosto de 2007 de Barcelona y seis días después un recolector de setas lo encontraba muerto en el llano de Cal Pegot en el Ripollès.

“Su reivindicación nacional está muy presente. Consideraba que los Países Catalanes estaban oprimidos por Francia, España e Italia, por la región de l'Alguer, y personalmente pienso -indica el historiador- que es una decisión que tenía pensada que la haría cuando cumpliera 75 años y le da un sentido político. Como tenía una patología cardíaca, podía hacerlo sin ejercer violencia hacia sí mismo. Es un acto de soberanía.”

Exposició Xirinacs 1975. La força de la no violència / foto: Carlos Baglietto
Fotografía de Xirinacs, caminando por el bosque, incluida en la muestra / Foto: Carlos Baglietto

¿Dónde encontraríamos ahora plantado a Xirinacs?
“El 1 de octubre, seguro”, responde con firmeza Carlos Ordás, “y seguramente la continuaría en plaza Sant Jaume”. El historiador también remarca que ahora que se critica el régimen del 78 “Xirinacs en su época ya lo decía, con un paquete de enmiendas a la Constitución, sus críticas constantes al procedimiento que se estaba haciendo" e insiste: "Es decir, no es cierto este relato de consenso en la Transición. Hay unos sectores, y no solo de la izquierda radical, sino de una sociedad civil muy crítica. En la Transición ya había voces críticas y que estaban diciendo lo que dijo Lluis Llach en una canción: ”Companys, no és això”.

Ordás comparte que la desobediencia civil y la no violencia asume que habrá  una respuesta del Estado, una represión, que - a su parecer- no fue suficientemente calibrada y asumida por los impulsores del 1-O, como las prisiones impuestas. “La represión forma parte de la desobediencia civil, de la no violencia. Tienes que contar con ella y ver cómo te puede favorecer. Los insumisos asumían que ir a la cárcel era una fortaleza hacia ellos. Es decir, la no violencia da resultados pero tienes que tener mucha paciencia, asumir que tiene un coste, y lo que tienes que hacer es red social, un colchón”, mnifiesta. Este es uno de los grandes tesoros evidenciados por Xirinacs.

Vínculo entre sociedad y clase política

En la inauguración de la muestra, hace una semana, el director del Memorial Democràtic, Jordi Font Agulló, afirmó que “esta exposición quiere reconocer el compromiso de Lluís Maria Xirinacs con la no-violencia y la libertad en unos momentos que todavía eran inciertos para la democracia”. Manuel Garcia, presidente de la Fundación Randa, aseguró que la plantada de Xirinacs “fue un acto valiente”, y que “su acción individual derivó en un movimiento ciudadano”.

En la entrevista, Ordás también nos destaca que “Xirinacs consideraba muy necesario el vínculo continuo entre la sociedad civil y el ámbito político. Por eso, él se sentía muy identificado con la Assemblea de Catalunya y consideró un error disolverla en 1977 e hizo crítica a la división política”.

Xirinacs fue senador (1977-1979) como independiente y durante un tiempo del grupo parlamentario Entesa dels Catalans. Formó parte del partido Bloc d’Esquerra d’Alliberament Nacional, formación creada en Catalunya y el País Valenciano en 1979. No obtiene representación en las primeras elecciones al Parlament después del franquismo, en 1980. Finalmente, en 1984 deja la política activa y crea el Centre d’Estudis Joan Bardina.

Exposició Xirinacs 1975. La força de la no violència / foto: Carlos Baglietto
Nuevo mural pintado en la fachada de la prisión Modelo en recuerdo de Xirinacs / Foto: Carlos Baglietto