Alejandro Fernández vuelve a marcar distancias con Alberto Núñez Feijóo y con una posible aproximación a Junts. Pese a que el candidato del PP catalán el 12-M consideró hace ocho días que el hecho que Feijóo admitiera contactos con los juntaires y abriera la puerta a ser aliados con condiciones no tenía “ninguna incoherencia”, ahora vuelve a alejarse de los postulados de Génova. Preguntado directamente en un acto en Madrid sobre si se sentaría a negociar con Carles Puigdemont, Alejandro Fernández ha sido claro: “No tengo nada que hablar con prófugos golpistas, es de Barrio Sésamo”. Además, el candidato del PP el 12-M se niega a convertir la campaña electoral en un “reality show” para comentar “la vida y milagros” de Puigdemont y tilda de “fricada” el anuncio que ha hecho hoy el líder de Junts de que abandonará la política activa si no es investido president. El líder de los populares en Catalunya ha acusado a Puigdemont de centrarse en sus “movidas” y en “hablar de su libro” y no en los “graves” problemas de los catalanes.

En un comida-coloquio en el Club Siglo XXI, ha reconocido que “la escaramuza” entre Junts y ERC de los últimos días ofrece al PP “una oportunidad de oro” para poner fin al procés y encaminarse hacia una etapa con Alberto Núñez Feijóo en la Moncloa. De cara a los resultados, no explicita una cifra de escaños a la que aspira, pero sí que tiene la voluntad de conseguir una “representación lo suficientemente sólida para ser decisivo en la política catalana y abrir una nueva etapa”. ¿Y estaría abierto a investir a Salvador Illa? Alejandro Fernández ha mantenido su posición y ha insistido que sus condiciones son que el PSOE “acabe con el procés” y “rompa todos sus acuerdos con el separatismo en el Congreso y en las grandes instituciones”, ya que los socialistas y los independentistas son “dos caras de la misma moneda”. “No podemos ser ingenuos, si no hay un cambio radical del PSOE, no caeremos en sus trampas”, ha remachado.

El encargado de presentarlo ha sido Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, que lo ha definido como un “apóstol de la convivencia” en el Parlament, como el “mejor amigo” de la “Catalunya plural”, como el “mejor antídoto contra el independentismo” y como el “candidato más incómodo” para los independentistas y para el PSOE porque dice las verdades “sin anestesia”. Al acto han asistido el secretario general del PP catalán, Santi Rodríguez, los hasta ahora diputados del PP en el Parlament y “compañeros de batalla” esta legislatura, Lorena Roldán y Daniel Serrano, los diputados en el Congreso de los Diputados Cayetana Álvarez de Toledo y Jaime de Olano, la secretaria cuarta de la Mesa del Congreso, Carmen Navarro, y el expresidente del PP catalán y uno de los fundadores de Vox, Alejo Vidal-Quadras, que fue agredido en Madrid hace unos meses y a quien Fernández ha calificado de “maestro y auténtica inspiración”.

Un “gobierno fallido” incapaz de suministrar agua a la ciudadanía y una “sintonía total” con Génova

Preguntado por temas de actualidad, Alejandro Fernández ha tildado el Govern de la Generalitat de “gobierno fallido” por haber sido “incapaz de garantizar el suministro de agua para la ciudadanía en pleno siglo XXI” y ha acusado a los miembros del ejecutivo de Pere Aragonès de ser unos “irresponsables frívolos”. En clave de campaña, ha utilizado la ironía que lo caracteriza. Sobre la incertidumbre de su designación como candidato, ha aseverado que “habiendo visto los acontecimientos del procés, todo lo que viene a continuación es un balneario”. Y sobre la presencia de Isabel Díaz Ayuso en los mítines, ha asegurado que la presidenta madrileña irá a Catalunya para darle apoyo y “será muy bien recibida con un enorme calor”: “Ya me gustaría a mí los resultados que tiene ella”, ha confesado.

Ante un auditorio que lo ha aplaudido en múltiples ocasiones, Fernández también ha tenido tiempo de pronunciarse sobre la forma de combatir el independentismo. Ha rebatido los que dicen que “la cuestión del nacionalismo se calma con dinero” y ha argüido que “el nacionalismo catalán no es ajeno a los fenómenos sociológicos que se han producido en toda Europa”, donde los nacionalismos se han convertido en “nacionalpopulismos de corte supremacista identitario con una retórica tremendamente agresiva”. Asimismo, ha vaticinado que el siguiente paso que darán el Gobierno y los partidos independentistas será convertir España en un “estado plurinacional confederal asimétrico”.