Le llaman postverdad y es lo que toda la vida le habíamos llamado mentira. Pero mucho más elaborada, eso sí. De hecho, más que una mentira se trata de construir una verdad paralela. Ante cualquier hecho A, yo creo una verdad A1 donde ofrezco un relato alternativo. Y a partir de aquí, cada hecho derivado de la verdad A tendrá mi correspondiente versión. Hasta que llegará un momento donde será imposible distinguir verdad de ficción. ¿Un ejemplo? Y dos. ¿Venezuela financió realmente Podemos? ¿Xavier Trias tiene realmente una cuenta en Liechtenstein? Existe tanta información y toda está tan argumentada sobre argumentos que argumentan una argumentación argumentada argumentalmente y que se dio en un momento dado como cierta sin serlo, que llegar al argumento inicial es un trabajo imposible para el 99,999% de los consumidores de información.

Pero no se vaya todavía porque un usuario de twitter (@Fahrenheit45117) ha puesto nombre a un fenómeno que complementa este y que cada vez tiene más éxito: la preverdad. Y ahora, ojo, que viene un espoiler-resumen. La preverdad es esta nueva moda de publicar hoy lo que sucederá mañana en un juzgado. Y ahora se lo desarrollo con un ejemplo.

Marta Rovira y Marta Pascal declaraban hoy en el Supremo por el caso de la sedición-rebelión catalana golpista y bla, bla, bla. Pues bien, ayer ya supimos que saldrían tranquilamente por la puerta. Felicidades a los periodistas que consiguieron la noticia. Y sobre todo, felicidades a una justicia que llama una persona a declarar para hacerle una serie de preguntas que tienen que ayudar a aclarar un caso y resulta que el día antes esta justicia ya tiene decidido si esta persona se va a prisión o se va a casa. Ciertamente es muy bonito comprobar el valor y el respeto que cierta justicia tiene por sus propios procedimientos.

Pero, claro, la gran pregunta es: ¿Por qué cierta justicia filtra sus decisiones antes de tomarlas oficialmente? Bueno, pues porque cierta justicia quiere demostrarnos quién manda aquí de verdad. Quiere enseñarnos quién tiene el poder de verdad. YO decido y YO aplico la ley cuando YO lo digo. Y cuando a MÍ me apetece. Y de la manera en que a MÍ me apetece. Y usted no es nadie y YO sí. Y usted viene aquí cuando digo YO porque lo digo YO. Pero YO ya tengo decidido lo que haré con usted porque a MÍ lo que diga usted no me interesa. ¿Y ahora ya queda claro quién manda aquí, verdad?

La preverdad, pues, consiste en generar una versión paralela de las cosas ya antes de que estas cosas sean. SEN-SA-CI-O-NAL, ¿no cree? Fíjese, de esta manera no sólo controlas el relato posterior a los hechos sino que puedes crear una versión de los hechos antes de que sucedan. Y pasas de crear una postverdad a remolque de la verdad a crear una postverdad que es anterior a la verdad. O sea... ¡¡¡la verdad va por detrás de ti!!! ¿Qué, es o no es IN-SU-PE-RA-BLE?

Y, a partir de aquí, ya me explicará usted cómo se combate una postrealidad producida antes que la realidad.