Este sábado por la mañana la cuenta oficial del PP en Twitter ha publicado eso:

Para entender de qué va la cosa, mírese el vídeo que acompañaba el tuit y que, por cierto, ya no es el que estaba en la cuenta oficial del PP:

Efectivamente, un tal Ignacio de la Puerta ha hecho una presunta gracia sobre la muerte de varios personajes conocidos y los ha relacionado con la desaparición de Pedro Sánchez, lo ha hecho usando a un menor sin pixelar, la cuenta oficial del PP ha cogido el tuit y se lo ha hecho suyo y cuando se ha organizado el correspondiente escándalo ha tenido que borrarlo y pedir perdón:

Ahora tenemos dos posibilidades de afrontar el tema: 1/ analizándolo fríamente y viendo qué parte de error involuntario podría haber en una clara voluntad de atacar como sea al presidente del Gobierno, o bien 2/ usando la demagogia más barata, vulgar y lamentable posible. Pues bien, un servidor optará por hacer un Pablo Casado, es decir, por la segunda opción. ¿Por qué? Hombre, es lo mínimo que se merece un individuo que va por el mundo manipulando cada día impunemente la realidad, inventándose cosas que no han sucedido y mintiendo sin ninguna vergüenza.

Por lo tanto, con todo usted mismo, el discurso PabloCasadenco sobre el ya famoso vídeo del niño que quería que se muriera Pedro Sánchez:

"¡Españoles! ¡Pedro Sánchez ha muerto! Y ha muerto porque este es mi deseo. Por eso he tuiteado un vídeo donde se pide que muera. Porque a mí me gusta que mis rivales mueran. Los odio tanto que la muerte es el sentimiento más amable que me provocan. Y españoles, he decidido usar a un niño en el vídeo, y justamente la víspera de Reyes, para que todavía quede más claro hasta dónde soy capaz de llegar cuando se trata de demostrar mi nivel de miseria humana.

Es por esta explosión pública de patetismo constitucional que exijo mi inmediata detención acusado de los delitos de enaltecimiento del terrorismo con resultado de muerte, sedición, rebelión, odio e injurias a la segunda autoridad del Estado. Exijo pasarme más de un año en prisión sin juicio y sin otro argumento sólido que el ya clásico "porquemesaledelescroto". También exijo que el sumario de mi juicio sea encargado a un juez prevaricador que se invente la ley y que se base en unos informes falsos elaborados por los cuerpos de seguridad. Unos cuerpos de seguridad que antes de entrar en prisión vendrán a apalearme animados por un grupo de salvajes que gritarán "a por él, oé". Y este "él" seré yo.

También pediré la aplicación del 155 en toda España menos en Catalunya para poner orden en esta espiral de odio que yo represento. Y haré que se cierren todas las cadenas de televisión privadas donde se adoctrina ideológicamente a los españoles y que se tome el poder militar en las escuelas donde se inculca un nacionalismo español que después es el que me vota. Finalmente solicitaré que sea ilegalizado el partido al cual pertenezco y que sus máximos dirigentes vayan a la cárcel o al exilio.

Ah, y recuerdo que todo eso lo estoy diciendo como Pablo Casado y que no lo dice el autor de este artículo, que en ningún momento lo piensa porque él sí que es una buena persona, no como yo, el líder de un partido que tuitea que desea la muerte de sus rivales políticos. Bueno, y que todo es una broma servida con un formato irónico. ¿Sabe lo que le quiero decir, verdad?

Bien, y por lo que respecta a mí, todo es también una broma porque al final no me pasará nada. A nosotros, a los míos, a los nuestros, nunca nos pasa nada. Si yo fuera un humorista que se suena con la bandera, un rapero, una manifestante que se llamara Tamara, un político catalán, el líder de una organización indepe, un tuitero, el director de un medio de comunicación... y no sigo porque si lo hiciera nos comeríamos los canelones del próximo Sant Esteve aquí... pues eso, que si yo tuviera la desgracia de ser como uno de estos, me comería el marrón, pero yo soy inmune. Soy el puto amo. ¿Esto ya empieza a quedar ya un poquito claro, chusmilla?".

Y si no le gusta, ¡haber ganado la guerra, desgraciado!