Hay semanas que son la segunda parte de las aguas revueltas de la anterior. Esta sigue la corriente de un caso Ábalos que por más ruido que haya alrededor sigue en el marco del exministro José Luis Ábalos y Koldo García, un asesor que cada vez se parece más al Francisco Correa de Gürtel, asesor conseguidor que guardó todo mensaje y comunicación posibles para futuros avisos cuando no chantajes. El Gobierno tiene dos amenazas en ciernes. Los nuevos wasaps que puedan salir del volcado del móvil de Ábalos incautado a Koldo García y los informes de la UCO que no llegan. Sobre lo primero, ningún mensaje publicado destapa un contenido irregular ni comprometedor. Si el filtrado del serial está autorizado por Ábalos, como ha asegurado en redes, es de esperar que el mayor interés sean sus protagonistas. Los conocidos hasta ahora no han tenido impacto ni en los cuadros del PSOE ni en los señalados. El “pájara” a Margarita Robles o el “maltratador” proferido a Pablo Iglesias han sido recibidos con fairplay por los aludidos. Los señalados les quitan hierro porque ningún chat privado soporta el escrutinio público en formas y maneras.
Otra cosa son los informes del ‘caso Koldo’. Hay malestar en la Unidad Central Operativa por las acusaciones veladas de filtraciones y los tiempos de entrega de los informes. Lo cierto es que han ocurrido antes pero no con tanta intensidad ni detalle. Después de unos wasaps inocuos para el ejecutivo —no han provocado ni siquiera una petición de comparecencia o comisión de investigación por parte del PP—, el informe que afecta a Santos Cerdán es el más delicado para Pedro Sánchez. El secretario de Organización fue ratificado en el último congreso del PSOE cuando ya existía el runrún de sus conversaciones con Koldo García. Cerdán no ha negado nunca su relación con su antecesor Ábalos y es Cerdán el que trae a Koldo García a Madrid, militante en el PSOE navarro y chico para todo en las primarias de Sánchez.
Aseguran que Santos se ha preocupado por la ejecución de contratos en Navarra como diputado por esa circunscripción, pero nunca ha mediado en los contratos
Cerdán mantiene su inocencia en tres sentidos. Él cedió a Ábalos un conductor y fue este quien lo ascendió y convirtió en su hombre de confianza y consejero de Renfe. Tampoco conoce al empresario de marras. Siempre ha negado conocer a Víctor de Aldama. De hecho, el “nexo corruptor” —así lo llama la UCO— cambió su confesión y pasó de haberle entregado supuestamente un sobre con 15.000 euros en efectivo enfrente de la sede de Ferraz a decir que se lo dio a Koldo y este a Santos. Y luego está lo más relevante, las acusaciones de mediar en contratos en el País Vasco. Cerdán lo niega, el Gobierno lo apoya y defienden sus gestiones. Como secretario de coordinación territorial primero y luego secretario de organización, a Cerdán acudía todo el entorno de alcaldes y consejeros autonómicos para pedir audiencia en el Ministerio e interesarse por la marcha de una licitación. Internamente, aseguran que Santos se ha preocupado por la ejecución de contratos en Navarra como diputado por esa circunscripción, pero nunca ha mediado en los contratos. Igual de tajante ha sido con la acusación de dos coches de lujo regalados por la trama. “Quién encuentre el Audio se lo regalo”, ha llegado a decir. Y hasta el ministro Félix Bolaños ha puesto “la mano en el fuego” por Cerdán en su última entrevista con Carlos Alsina la semana pasada.
Al esperado informe donde supuestamente la UCO implicará a Cerdán todavía le quedan semanas. De momento, el caso Koldo no se ha movido del triángulo Ábalos-Koldo-Aldama y ahora se le presupone una ristra de acusaciones contra Cerdán, varios aforados y supuestas conversaciones de la trama explicándoles. Es lógico el malestar del ejecutivo en acusaciones sustentadas en un informe al que nadie ha accedido. La verdadera contienda llegará cuando el juez lo depure y se vea en qué queda.