El futuro de Mercedes-Benz ya está escrito, y no pasa por los EQE. La firma alemana ha confirmado que apostará por una nueva línea de eléctricos mucho más competitiva, donde brillarán el Clase C eléctrico y el GLC eléctrico, dos modelos clave de la marca que llegarán con un diseño más clásico y con lo último en tecnología.

Con ellos, Mercedes busca dar un golpe en la mesa. Ambos se apoyarán en la moderna plataforma MB.EA-M, con arquitectura de 800 voltios, motores eATS2 y sistemas eléctricos más avanzados. Todo ello les permitirá ser más rápidos en la carga, más eficientes en consumo y mucho más atractivos para el cliente europeo.

Mercedes EQE AMG

Mercedes cortará la producción de los EQE berlina y SUV

En este escenario, el EQE y el EQE SUV no tienen cabida. Sus limitaciones técnicas como la plataforma de 400 V y soluciones ya superadas, hacen que queden desfasados en apenas unos años. Por eso, su final está marcado: 2026 será su último año de producción, después de una vida comercial corta y con un paso discreto por el mercado.

La decisión no se explica solo por la tecnología. También se trata de estrategia de posicionamiento. Mercedes quiere que sus eléctricos se integren en la gama tradicional sin diferenciarse con siglas nuevas. Por eso los próximos lanzamientos prescindirán del prefijo EQ y se presentarán como versiones 100% eléctricas de los modelos más vendidos de la casa.

El movimiento es un mensaje directo: el Clase C eléctrico será más completo que el propio EQE, pese a estar en un segmento inferior. Tendrá más autonomía, mejores acabados y sistemas tan avanzados como la suspensión neumática o la dirección trasera. El futuro GLC eléctrico, por su parte, superará al EQE SUV en espacio, capacidad de remolque y eficiencia.

Mercedes EQE SUV

La marca alemana recupera nomenclaturas clásicas para su gama eléctrica

Mercedes no se detendrá ahí. Una vez asentados los nuevos Clase C y GLC, la marca ya tiene fecha para otro lanzamiento crucial: el Clase E eléctrico, previsto para 2027, que seguirá el mismo patrón tecnológico. Será un modelo llamado a consolidar la nueva etapa eléctrica de la firma alemana.

El adiós al EQE demuestra  que incluso los gigantes deben reconocer errores. Mercedes ha entendido que insistir en un producto que no conecta con el mercado es un gasto inútil. Además, refuerza las tendencias actuales, en las que muchas marcas apelan a lo clásico. Mejor apostar por coches eléctricos con más identidad, mejor tecnología y la herencia directa de los modelos que han hecho grande a la estrella.