La Unión Europea trata de hacerse notar ante la inminente reunión que mantendrán este viernes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, para intentar trazar un plan de paz en Ucrania. Veintiséis líderes del Consejo Europeo han firmado una declaración conjunta en la que piden a Trump que busque una solución al conflicto que garantice un "alto el fuego o reducción de las hostilidades" por parte del Kremlin, recordando que las fronteras internacionales "no se pueden cambiar por la fuerza", y que "el pueblo ucraniano debe tener libertad a la hora de decidir su futuro". En el comunicado, los líderes europeos también agradecen al inquilino de la Casa Blanca sus esfuerzos por actuar como mediador con el objetivo de poner fin al conflicto, aunque este haya marginado la institución comunitaria de todas las negociaciones de paz. Hungría, el país de la Unión más próximo al Kremlin, ha sido el único miembro que se ha desvinculado del comunicado. Su presidente, Viktor Orbán, que anteriormente ha intentado bloquear el apoyo europeo a Ucrania, ha dicho este martes a través de la red X que "el hecho de que la UE haya quedado al margen de la reunión —entre Putin y Trump— ya es lo bastante triste", y que "la única cosa que puede empeorar todavía más la situación es que empecemos a dar órdenes desde el banquillo".
"Contribuir más allá de las garantías de seguridad"
"La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania tiene implicaciones más amplias para la seguridad europea e internacional. Compartimos la convicción de que una solución diplomática tiene que proteger los intereses vitales de seguridad de Ucrania y de Europa", reclama la declaración firmada por los líderes del Consejo Europeo. Para Bruselas, cualquier solución al conflicto tiene que implicar el respeto a la ley internacional, lo que incluye los principios de independencia, soberanía, integridad territorial y que las fronteras no cambien por la fuerza. El órgano comunitario también ha recordado que, junto con otros socios internacionales, seguirá suministrando apoyo político, económico, humanitario, militar y diplomático a Kiev, dado que el país ejerce "su derecho inherente a defenderse a sí mismo". El comunicado incluso anuncia que tanto la UE como sus miembros "están preparados para contribuir más allá de las garantías de seguridad" —evidentemente, según sus capacidades y siempre en línea con el derecho internacional. Los paquetes de sanciones contra el Kremlin y sus aliados también se mantendrán.
La UE intenta llamar la atención de Trump
Esta declaración conjunta se puede entender como un intento diplomático para que Trump tenga constancia de los intereses europeos, aunque, muy probablemente, no los acabe poniendo sobre la mesa en la reunión de este viernes con Putin. Si bien la UE ya ha dejado claro que solo aceptará una solución a la guerra que respete los intereses de Ucrania, muchos expertos ya ven en la reunión entre los mandatarios de Rusia y EE.UU. una victoria para el Kremlin. Putin, después de tres años en el ostracismo internacional y con su país sometido a sanciones occidentales, ve ahora cómo Trump lo recibe en suelo estadounidense, y la posibilidad de un acuerdo negociado únicamente entre Washington y Moscú para acabar con la guerra en Ucrania se vuelve a avistar. Con el temor a que se cumplan estas previsiones, la UE sigue reivindicando sus condiciones: o bien Rusia cumple con las garantías de seguridad de Ucrania, o, al contrario, un grupo de países tendrá que actuar como garante de este compromiso.
El comunicado europeo no ha hecho referencia a la idea de que cualquier alto el fuego tiene que llegar sin condiciones del Kremlin —que busca el reconocimiento de los territorios que ya mantiene bajo ocupación—, a pesar de ser esta la posición mayoritaria de los miembros de la UE. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha hecho referencia a este punto posteriormente a través de su cuenta en la red X: "Queremos un alto el fuego incondicional y verificable como primer paso hacia una paz justa y duradera. Ucrania y la UE tienen que estar en la mesa de cualquier negociación. La agresión no puede tener recompensa".