Nadie busca una escalada de tensiones. A pesar de los incidentes que ha habido en las últimas semanas en la región moldava de Transnistria, el líder independentista, Vadim Krasnoselski, ha rechazado este viernes ninguna implicación en la guerra de Ucrania y ha asegurado que el camino para alcanzar el autogobierno será "pacífico" y "mediante una mesa de negociación". Por su parte, y entonando el mismo sentimiento de tranquilidad a pesar de la situación en el este de Europa, se ha pronunciado la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, ante el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. "No vemos ninguna amenaza inminente para el futuro más próximo, pero por descontado tenemos planes de contingencia para tales escenarios, que son menos optimistas o pesimistas", ha expresado. Estas declaraciones llegan después de que Moscú estacionara un millar de soldados rusos en la zona y en medio de los miedos de varias agencias de inteligencia que Rusia tenga la intención de desestabilizar la zona para exacerbar todavía más las tensiones. Pero parece que la intención de las partes implicadas en este conflicto, de la misma manera que Bielorrusia lo hizo ayer, es desmarcarse sea como sea de la guerra de Vladímir Putin a Ucrania.

"Nadie quiere una guerra"

No hay voluntad de escalar las tensiones. Krasnoselski ha dejado claro en uno mensaje en Telegram recogido por Europa Press que Transnistria "tiene que ser y será reconocida, pero de forma pacífica, en la mesa de negociaciones, mediante un diálogo. El proceso tiene que ser exclusivamente democrático [...] sin hostilidades ni pérdidas". Con respecto a los "ataques terroristas" que han reavivado la atención por esta región de Moldavia, el presidente ha recalcado que "nadie quiere una guerra" y ha añadido que "no hay necesidad de atizar las llamas con provocaciones". "La población de Transnistria sabe lo que es una guerra y aprecia la paz. No está la necesidad de buscar o crear artificialmente sucesos peligrosos a través de la vía informativa [...] No ha necesitado de provocar el pánico", ha reiterado.

Sin escalar

La semana pasada Transnistria sufrió una serie de tiroteos y explosiones en edificios e infraestructuras que los prorrusos han calificado de ataques terroristas y atribuyen en Ucrania, mientras que Kyiv asegura que se trata de una operación de "falsa bandera" de Rusia para culparla de los ataques. "Nuestra evaluación ha mostrado que estos incidentes han sido causados por fuerzas proguerra dentro de la región. Al mismo tiempo, hemos oído amenazas de generales rusos sobre sus intenciones de llegar a Transnistria y por descontado estas declaraciones son irresponsables y preocupantes", ha afirmado la presidenta moldava. Así y todo, ha querido reafirmar "que no vemos ningún riesgo inminente en este momento" y que están preparados para escenarios "pesimistas".  Transnistria declaró su independencia el año 1990, hecho que generó la guerra en esta autoproclamada república hasta el año 1992. Moldavia no reconoce la sesión y considera que estos territorios forman parte de la región autónoma de Stînga Nistrului. A pesar del alto al fuego, el estatus de esta 'república' sigue sin resolverse, porque a pesar de no ser reconocida es, de facto, un Estado independiente. Está organizado con un régimen de república presidencialista, con su propio gobierno, Parlamento, ejército, policía, sistema postal y moneda, que es el rublo de Transnistria. Las autoridades también han adoptado Constitución, bandera, himno y escudo.