Serbia podría ser un nuevo quebradero de cabeza para Europa. El domingo, el presidente del país, Aleksandar Vucic, anunció que su país había acordado el suministro de tres años con el proveedor estatal de energía de Rusia, Gazprom. La noticia ha llegado en un momento incómodo y ha provocado malestar en Europa. Mientras la Unión Europea está negociando más paquetes de sanciones contra Moscú. El acuerdo final incluye una prohibición parcial de las importaciones de petróleo ruso en el bloque de los 27. Bruselas, sin embargo, se vio obligado a hacer una exención para el petróleo que se importa a Hungría, Eslovaquia y la República Checa a través de un oleoducto para que todos participen. Eso fue visto por algunos miembros como una concesión importante, destaca la CNN

En este contexto, Serbia no es un país miembro de la UE, pero es parte de un plan de ampliación de la UE que también incluye a algunos de sus vecinos. La UE está decidida a expandirse, pero entrar en el club de los 27 no es precisamente fácil. De hecho, se cree que Ucrania podría entrar entre 15 y 20 años a pesar del complejo contexto en el cual se encuentra. La UE considera que los Balcanes occidentales son clave para la seguridad Europa, sobre todo, después de la invasión rusa en Ucrania.

La difícil posición de Serbia

De entre estos estados de los Balcanes, Europa considera Serbia un estado clave. Su tamaño, población y ubicación geográfica lo convierten en un actor importante en la geopolítica de la región, tal como destaca la CNN. Además, resaltan a través de un artículo que si se quiere tener una conversación sobre el futuro de Bosnia o Kosovo, hará falta que el gobierno serbio también participe.

Pero claro está, Serbia también ha tenido la costumbre de mirar hacia Rusia y es que depende mucho. Sobre todo, con respecto al gas. También coopera militarmente con Moscú. En resumen, Serbia se beneficia enormemente de su relación con Rusia, e incluso si obtiene el estatus de país miembro de la UE en el futuro, no querrá quemar los puentes con el Kremlin.

Y eso, como no podría ser de otra manera, crea cierto escepticismo y también dos realidades simultáneas para la UE que, cuando se colocan una al lado de la otra, son bastante difíciles de conciliar. Serbia es tan grande e importante que es crucial para el proyecto de ampliación de la UE, que busca fortalecer y expandir los valores, la estabilidad y la seguridad europeos. También es tan grande e importante que puede hacer tratos con Rusia, China y la UE al mismo tiempo, como quiera, y seguir siendo la "niña de los ojos de Bruselas", se puede leer en este mismo artículo de la cadena norteamericana. Aunque estas concesiones y privilegios podrían cambiar y tener los días contados.

Si bien Serbia ha dado apoyo a varias resoluciones de la ONU que condenan la invasión de Rusia, no ha sancionado Moscú ni se ha alineado con Bruselas en las sanciones contra el Kremlin, cosa que se espera que hagan los estados candidatos. El nuevo acuerdo de gas ruso, temen algunos funcionarios y analistas de la UE, puede ser un paso demasiado lejos para algunos estados miembros de la UE.

En este sentido, a pesar de ser un país clave para la UE y su futuro, su posicionamiento ambiguo podría complicarle un futuro dentro del club del 27. Así, queda para ver si eso quiere decir que las negociaciones de adhesión se estancan o que la UE adopta un enfoque diferente. Lo que está claro, sin embargo, es que el acuerdo del gas, no ha caído nada bien en Bruselas. Habrá que esperar los próximos pasos de Vucic y con que se traducen al corazón de la UE.

 

Imagen principal: Belgrado / Unsplash