Los daneses votan este miércoles para decidir si se unen o no a la política de defensa de la Unión Europea. Dinamarca es el único miembro del bloque de los 27 que no forma parte de la Política Común de Seguridad y Defensa. Si los daneses, notoriamente críticos con la UE, votan a favor, como ya sugieren las encuestas, marcaría otro cambio simbólico importante en la política de defensa de los estados europeos después de que Rusia empezó la invasión el pasado mes de febrero. Después de décadas de resistencia, Suecia y Finlandia finalmente han solicitado unirse a la OTAN, ambas citando la guerra en Ucrania como factor motivador.

Mette Frederiksen, primera ministra danesa, ha dicho que la invasión rusa de Ucrania ha sido un factor significativo que ha llevado al gobierno a convocar un referéndum, y que la votación fue una decisión importante basada en valores y una forma de señalar el apoyo a una UE más fuerte. El gobierno ha hecho durante semanas campaña por el sí. Hay que recordar, en este contexto, que Dinamarca es miembro fundador de la OTAN, pero participar también en la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE le permitiría participar en operaciones militares conjuntas de la UE, como a Somalia, Mali o Bosnia.

"La OTAN, por descontado, todavía será nuestra herramienta más importante, pero la UE nos da otra herramienta para asegurar nuestra defensa en este", ha expuesto Mogens Jensen, portavoz de defensa de los gobernantes socialdemócratas.

¿Qué es la Política Común de Seguridad y Defensa?

La Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) ofrece un marco de la Unión en el ámbito de la defensa y la gestión de crisis, incluidas la cooperación y la coordinación en materia de defensa entre los Estados miembros, tal como recoge la página web del mismo Parlamento Europeo. El Tratado de Lisboa (también conocido como Tratado de la Unión Europea o TUE), que entró en vigor en el 2009, fija el marco general de la PCSD actual, aclara los aspectos institucionales y fortalece el papel del Parlamento Europeo en relación con esta política. Desde entonces, sin embargo, ha evolucionado mucho. Tanto política como institucionalmente.

Para dar un nuevo impulso a la agenda de seguridad y defensa, destaca la misma web, la Unión trabaja en una brújula estratégica, con la cual se busca dar una dirección politicoestratégica reforzada a la seguridad y la defensa de la UE y fijar el nivel de ambición ámbito. El primer paso, que concluyó en noviembre del 2020, fue un análisis exhaustivo de las amenazas y los retos. El segundo, en curso actualmente, consiste en debates informales entre los Estados miembros sobre el análisis de amenazas y sus consecuencias principales, un análisis de la brecha de capacidades y las prioridades de los Estados miembros. Esta fase de diálogo tiene que permitir a los Estados miembros reforzar la comprensión común de las amenazas para la seguridad a que se enfrentan colectivamente, y mejorar la cultura europea de seguridad y defensa. Se ha concebido este proceso para abordar la necesidad creciente que la Unión pueda actuar como proveedor de seguridad.

Si bien el Parlamento Europeo no tiene un papel directo en la definición de la brújula estratégica, se espera que sea informado periódicamente y tenga ocasión de expresar sus opiniones sobre el proceso, especialmente durante las declaraciones informativas ante la Subcomisión de Seguridad y Defensa (SEDE). Habrá que ver el papel que jugará la guerra de Ucrania en la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE. Por ahora, ya se han tomado decisiones históricas que habrían sido impensables hace solo unos meses. Bruselas fue más allá con el objetivo de convertirse en una potencia geopolítica. Hasta ahora, sin embargo, el bloque de los 27, había sido dividido sobre qué control tendría que tener la capital europea en política exterior. Y eso, como no podía ser de otra manera, siempre se ha puesto en medio de las ambiciones de la UE. La gran mayoría de Estados miembros de la UE también lo son de la OTAN, aunque no han llegado al objetivo de gasto del 2% desde hace diez años. La invasión de Ucrania, sin embargo, ha hecho sobrevolar fantasmas de nuevo.

 

 

Imagen principal: banderas de la Unión Europea en Bruselas / Unsplash