Solamente falta un mes para la celebración del 9 de mayo, el Día de la Victoria en Europa, una jornada que marca la rendición de la Alemania Nazi delante de la Unión Soviética en 1945. Para el Kremlin, el fin de la Gran Guerra Patriótica (cómo llamaban a los soviéticos la Segunda Guerra Mundial) es el momento idóneo para llevar a cabo un desfile militar en la Plaza Roja de Moscú. Este año, se espera que la jornada sea todavía más intensa, a causa de la "operación militar especial para desnazificar" que se desarrolla en Ucrania, y los paralelismos que Vladímir Putin ha dibujado entre las dos guerras. En este sentido, el último mes ya pudimos hacernos una idea de cómo será de importante este día en términos de propaganda prorrusa y belicista: la macrofiesta organizada en la capital estuvo lleno de referencias a la victoria sobre Hitler y de comparaciones con el país vecino. Por otra parte, los expertos que analizan a la sociedad rusa, como Llibert Ferri, coinciden en que el régimen de Putin ha ido consolidando una visión de Rusia físicamente muy extensa, religiosa, y extremadamente militarizada. Así, es de esperar que el 9 de mayo próximo Moscú aproveche para intentar "vender" alguna victoria del ejército ruso a la población y enmascarar las "tragedias" sufridas en el suelo ucraniano.

Día de la Victoria

La paciencia de Putin-- y de los poderosos que lo rodean-- se acaba. Las derrotas militares en Ucrania se acumulan, hecho que ya ha forzado el Kremlin a modificar sus objetivos por unos menos ambiciosos y a renovar su cúpula militar. Según algunos analistas, Putin tiene ahora el ojo metido en el simbólico 9 de mayo: "En principio, las conversaciones de paz tienen el objetivo de convertir una derrota en victoria, en la cual el Donbás quedará en poder ruso. Y si Putin tiene alguna fecha en la cabeza para proclamar esta pretendida victoria, creo que sería el 9 de mayo, porque es cuando se celebra la fiesta de la victoria de la Gran Guerra Patriótica, la derrota del nazismo. En el mundo soviético, es recurrente hacer coincidir represalias, asesinatos y envenenamientos con fechas importantes," explicó el periodista Llibert Ferri a este diario. Ciertamente, parece que la concentración de las fuerzas rusas del frente norte hacia el este del país augura un cambio de enfoque para poder conseguir capturar Donetsk y Lugansk en un mes. Aparte de las zetas "Z", símbolo de la invasión de Ucrania, en Moscú cada vez se ven más carteles relativos al aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi. Al abrir esta semana la acreditación a la prensa, el Kremlin confirmó a los medios que el desfile militar se celebrará como estaba previsto y, pase lo que pase en Ucrania, no habrá aplazamientos, como pasó en el 2020 a causa de la pandemia.

"Primavera. El Día de la Victoria está cerca", dice un cartel en Moscú / Efe

Donetsk y Lugansk

Si nos fijamos en el teatro de operaciones de la guerra en Ucrania, la victoria en el Donbás tampoco está asegurada para el ejército ruso, al menos no en los 30 próximos días. Teniendo en cuenta la fortaleza de la resistencia ucraniana a la hora de rechazar los ataques rusos, algo que se ha demostrado en ciudades como Mariúpol, que sigue sin ser capturada después de semanas de bombardeos, y también añadiendo la baja moral de las tropas a medida que se alarga la campaña y las dificultades en el terreno por la llegada de la primavera, Rusia podría tener muchas dificultades para adentrarse y aguantar en Donetsk y Lugansk.